La cosecha de café en medio de la crisis marítima mundial
El Gobierno Nacional se ha planteado como meta para el 2021 la reactivación económica del país, incrementando las exportaciones y diversificando la canasta exportadora.
Entre enero y mayo del 2021 las exportaciones de productos no minero energéticos presentaron un comportamiento positivo; sin embargo, el paro nacional maximizó los retos que deben afrontar los exportadores en Colombia para buscar mercados en el exterior, para el caso del café, el alto costo de los fletes terrestres, los bloqueos en las vías nacionales, la falta de contenedores y espacios en las líneas navieras, complican las exportaciones.
El paro nacional tuvo un impacto muy fuerte en las exportaciones de café en el país, el principal puerto de café, Buenaventura, fue bloqueado durante más de 30 días, llevando a cero los contenedores de café exportados por este puerto y causando que mayo del 2021 registrara la menor cifra de exportaciones registradas en toda la historia del país cafetero.
Debido a esta situación de orden público que se registró en Buenaventura, los exportadores se vieron obligados a desviar su carga hacia la costa caribe, asumiendo un incremento en los fletes de exportación entre el 30% a 70%. Sin embargo, el efecto más fuerte se registró con el colapso en los puertos de Cartagena y Santa Marta, que demostraron no tener la infraestructura necesaria para absorber la exportación de café del país, llegándose a presentar situaciones de más de 100 vehículos a la espera de ingreso a las terminales portuarias y tiempos de espera de más de 8 días.
En julio la situación de orden público se normalizó y aparentemente los obstáculos en la exportación quedaron en el pasado; sin embargo, en el mes de agosto como consecuencia del paro nacional se interrumpió la llegada de contenedores de importación al país, haciendo que la operación de café volviera a estar restringida. Esta situación se empeoró debido a la llamada “crisis mundial de contenedores” que generó un aumento exponencial de los servicios desde Asia hacia EE UU y Europa, (que en muchos casos tuvieron incrementos mayores al 300%), agudizando la falta de contenedores y espacios en los servicios de exportación.
Bajo este panorama los exportadores deben pagar sobrecostos en los fletes terrestres para llevar su café a puerto, incrementos generados a partir del paro nacional pero que persisten a la fecha; sin la certeza de que al llegar a las terminales portuarias encontrarán contenedores o espacios disponibles en los servicios navieros hacia EE UU y Europa, principales destinos de exportación.
En octubre se inicia la cosecha principal de café en el país y aunque la mayor parte de líneas navieras coinciden en que la situación de flujo de contenedores de importación mejorará sustancialmente, también coinciden en manifestar que la restricción de espacios y presión por devolver los contenedores a Asia se mantendrán durante el último trimestre del año y el inicio del 2022.
Ante este panorama, desde el sector público y privado se han adelantado gestiones para asegurar el abastecimiento de contenedores y de espacios en los servicios navieros para nuestros productos de exportación; sin embargo, la consolidación de navieras a nivel mundial y el pequeño porcentaje que representa Colombia y Latinoamérica dentro del comercio internacional, hacen difícil tener herramientas de presión que contrarresten la escalada de fletes a nivel mundial.
Sin duda alguna, ésta será una cosecha cargada de retos en términos logísticos de exportación, sin embargo, como gremio cafetero seguiremos trabajando en la articulación constante de esfuerzos entre los actores involucrados en el comercio exterior del país, que permitan que el café siga llegando a los más de 90 países del mundo que prefieren el café colombiano y que continúe irrigando prosperidad a los más de 600 municipios cafeteros de nuestro país.