Fletes y congestión
El transporte marítimo en contenedores sustenta el comercio de América Latina – y en la actualidad estamos confrontados con fletes históricamente altos. El costo de enviar un contenedor estándar de 20 pies de Shanghái a Brasil, por ejemplo, es hoy cinco veces más alto que el promedio de los últimos 12 años. El aumento en los fletes coincide con atrasos y un empeoramiento de la fiabilidad de los servicios.
Índice de carga en contenedores de Shanghái (SCFI). 18 de diciembre de 2009 al 10 septiembre 2021, rutas seleccionadas
Fuente: UNCTAD, sobre datos de Clarksons.
Las causas y los efectos de la crisis
Un conjunto de factores relacionados con la pandemia del Covid-19, han llevado a esta situación. En primer lugar, el repunte del comercio en contenedores ha sido más rápido de lo previsto. En segundo lugar, el tiempo que los contenedores, remolques y buques se demoran en los puertos ha aumentado, principalmente a causa de medidas tomadas para luchar contra la pandemia. Estos factores han exacerbado la congestión en los puertos y sistemas de transporte intermodal, sobre todo en los EE.UU.
Estos fletes tienen un impacto directo en el precio de importación de los bienes, y en la medida en que los costos se transfieren al consumidor, también en el precio final en la tienda. Dependiendo del tipo y valor de las mercancías, el nivel actual de los fletes es equivalente a valores entre el 0,3% y 70% del valor final del producto en la tienda y para ciertos productos de alto volumen y bajo valor eso en el fondo mata la viabilidad del comercio.
¿Cuanto mas durará?
Durante más de una década, las compañías navieras de línea se habían enfrentado a fletes demasiado bajos. Para sobrevivir, era necesario reducir los costos unitarios. Para reducir los costos unitarios, los transportistas invirtieron en barcos cada vez más grandes (economías de escala) y más nuevos (más eficientes en combustible). Sin embargo, los barcos más antiguos no fueron desguazados, y el exceso de capacidad se mantuvo, manteniendo bajos los fletes. Esta situación ahora ha cambiado a un mercado sin exceso de capacidad, y aunque los pedidos de barcos en los astilleros en China, Corea y Japón están creciendo nuevamente, lleva tiempo construir estos buques. A más largo plazo, también hay que considerar los costos de la descarbonización, a la necesidad de renovar la flota mundial.
Es cada vez más importante invertir en la digitalización y facilitación del comercio para aliviar la congestión, y mientras tanto prepararse para fletes altos por muchos meses más.