La industria española de la moda invierte en ser más verde
En pleno avance de la sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de valor del sector, también la moda española está reforzando sus esfuerzos en esta dirección.
Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 2017, la industria textil, de la confección, del cuero y el calzado destinaron 40 millones de euros a la protección ambiental, un 5% más que el año anterior y su máximo desde 2012. La evolución de este presupuesto se mantiene en ascenso desde 2014, en línea con la recuperación de la actividad fabril en el país.
En el 2017, la industria española gastó EUR2.519 millones en esta materia, siendo la industria de la alimentación, bebidas y tabaco y la industria química y farmacéutica las que mayor presupuesto destinaron en términos absolutos.
De lo invertido por la moda, la mayoría, alrededor de EUR38,3 millones, fueron gasto corriente, y el resto, casi dos millones de euros, inversión. El grueso de la partida se destinó mayoritariamente a la gestión de aguas residuales, con una inversión de EUR1,1 millones, seguidos de la protección del aire y el clima, con poco más de medio millón de euros de presupuesto.
La industria española de la moda acumula ya cuatro años consecutivos elevando su gasto en protección ambiental, aunque continúa por debajo del máximo alcanzado en el 2008, al principio de la serie histórica, cuando destinó 56,8 millones de euros a esta actividad. Si bien, con la llegada de la crisis, el sector contrajo su gasto en protección ambiental, a partir del 2014 ha retomado la apuesta eco elevando año tras año su presupuesto.
Implicaciones para Costa Rica
Diversos análisis han demostrado el negativo impacto de la industria de la moda bajo prácticas no sostenibles en el ambiente, en toda su logística, desde la fabricación hasta el transporte. Dado lo anterior la innovación y la conciencia social han surgido como temas clave en el aporte a las iniciativas de protección del medio que se llevan a cabo desde diferentes frentes, buscando no solo la utilización de materiales alternativos y prácticas de producción certificadas, sino también invertir en revertir y compensar los efectos causados.
Dichas prácticas son comunes en los países con industrias potentes en el ámbito de la moda (capitales de la moda), y España es uno de ellos. La búsqueda constante de convertir la industria en sostenible brinda oportunidades potenciales para participar como oferente, no solo de bienes de consumo final donde Costa Rica ya participa con diseño, y confección de ropa, vestidos de baño, joyería, accesorios y calzado, sino también en suplir de insumos a la cadena de producción de este sector, tanto bienes como servicios. Para ello se requiere innovar en materiales y procesos de producción y aprovechar la imagen de la que Costa Rica goza como un garante de sostenibilidad a nivel internacional. Actualmente el sector dirige su oferta a mercados como EE UU, Guatemala, Colombia, Perú y Panamá, sin embargo, es importante para los exportadores costarricenses la constante búsqueda de nuevos mercados, nuevos nichos y canales, para diversificar su presencia e incrementar sus ventas.
Desde Costa Rica se están gestando y se han lanzado proyectos que pretenden colaborar con la difusión de la conciencia, como Grin Label, que promueve una nomenclatura global que se utilizaría en etiquetas de ropa con el objetivo de que los consumidores conozcan características de las prendas y de su proceso de producción y si estas son o no sostenibles; la organización de Costa Rica Fashion Summit, foro de moda sostenible en la región; utilización de materiales como Piñatex en colecciones de moda costarricenses; entre otros.