Venezuela - 04 de Junio del 2024
Venezuela ha experimentado en los últimos años una crisis económica y política que ha llevado a una escasez generalizada de alimentos. Desde el 2013, este panorama ha dado lugar a un fenómeno preocupante que es el contrabando de alimentos; este fenómeno ilegal involucra la adquisición de bienes subsidiados para su posterior venta a precios exorbitantes, intensificando el contrabando de productos esenciales y, más recientemente, de gasolina venezolana, afectando gravemente a la industria del país.
Por
Giovanny Stiven Parra Cacique
El contrabando de alimentos en Venezuela tiene sus orígenes siglos atrás, pero en el 2013 se agudizó la situación. El fenómeno laboral ilegal consiste en la compra de un bien subsidiado para posteriormente venderlo a un precio más elevado, potenciando el contrabando de bienes esenciales como alimentos y productos de aseo, bienes fundamentales para el transporte como la gasolina y autopartes, concentrándose principalmente en la frontera colombo-venezolana.
Dada las circunstancias que se estaban presentando con la venta ilegal de alimentos, las medidas preventivas fueron tomadas de inmediato incluyendo grandes incautaciones. Según estudios realizados, el 40% de los productos importados desde Venezuela a Colombia, son alimentos subsidiados que fueron vendidos a precios más elevados, generando así una ganancia del 1.000%, aproximadamente; esto trajo consecuencias graves para la economía venezolana como el desabastecimiento en los mercados de productos esenciales. En el 2014, aproximadamente 20.000 mercados en Venezuela se vieron obligados a cesar sus actividades por falta de liquidez, lo que condujo a una disminución drástica de empleos, generando a su vez, que más personas se sumaran al contrabando de alimentos, por las inmensas ganancias.
Esto llevó a que Venezuela cerrara en muchas ocasiones la frontera para iniciar operativos que permitieran la captura de las personas encargadas del contrabando; en el 2016, se llegaron a incautar cerca de 3.000 toneladas de productos básicos, lo que representó aproximadamente USD12.300 millones, sin embargo, a partir del 2018, el contrabando de alimentos tomó un segundo plano para centrase en el contrabando de gasolina venezolana.
La gasolina venezolana también está subsidiada, por ello se posiciona como una de las más baratas en todo el mundo, por ejemplo, un camión cisterna con 40.000 litros puede llegar al coste de unos USD10 en el mercado paralelo, pero en Colombia puede venderse a un precio de USD20.000, generando beneficios de más del 200.000%. Este comercio ilícito se colocó en la mira de las autoridades debido a la crisis que genera en el país, aproximadamente USD2.000 millones en pérdidas para Venezuela. Cabe resaltar que, los destinos del tráfico de combustible ya no solo se limitaban a Colombia, también llegaron hasta Guyana, Brasil y Trinidad y Tobago.
Desde las reanudaciones entre Colombia y Venezuela, se estableció un compromiso para la lucha contra el contrabando de combustible y alimentos, ambos países esperaban que la reapertura de la frontera disminuyera el contrabando, no obstante, se produjo un efecto contrario ya que en septiembre del 2023, las autoridades venezolanas incautaron más de 1,2 toneladas de alimentos procedentes de Colombia. En junio, las autoridades brasileñas desmantelaron una red de contrabando de alimentos en las cuales estaban involucrados miembros de las aduanas venezolanas y en octubre, se incautaron aproximadamente 13 toneladas más de alimentos originarios de Colombia.
Ante estas situaciones, múltiples organizaciones han manifestado su preocupación como es el caso del Centro de Estudios Agroalimentarios de Venezuela (CEA), quienes expresaron que el 60% de las verduras, el 45% de los licores y el 40% de los fertilizantes utilizados en el país son importados de manera ilegal, principalmente de Colombia, lo que es un riesgo para unos 3,4 millones de trabajos; los productores de papa han dicho que debido al coste más barato del tubérculo, a este paso, para el 2026 ya no habrán más cultivos.
El coste de los productos más baratos gracias al contrabando, ha causado la caída abrupta de los empleos; se estima que, en el 2022, por efecto del contrabando de papa, aproximadamente 40.000 empleos se perdieron en los estados de Trujillo, Mérida y Táchira. Actualmente, se sigue luchando contra esta actividad ilegal pero los resultados son complejos ya que, al contrabando de alimentos y combustible, se sumaron los de oro y estupefacientes, los cuales generan anualmente USD9.400 millones, representando el 21% del PIB de Venezuela. Te invitamos al módulo de Régimen de Aduanas Colombiano de Legiscomex para conocer a detalle las normativas aduaneras: https://bit.ly/47XFRAs