UE - Ucrania
Ucrania se decide entre Rusia y la Unión Europea
A partir del mes de noviembre, se han movilizado alrededor de 500.000 personas a raíz de la decisión del presidente ucraniano de renunciar a la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) y, en cambio, apostar por un acercamiento con Rusia y poder adherirse a la Unión Aduanera conformada por Bielorrusia Y Kazajistán.
Pasados meses el presidente Víktor Yanukóvich tomó la decisión de firmar un acuerdo con Rusia y rechazó temporalmente un tratado de asociación con la UE, debido a que él consideró que era lo más conveniente para salvar de la histórica quiebra y del derrumbe social que azota al país, aspecto que indignó a la población y produjo serias protestas. Según los manifestantes ésta no fue la mejor decisión pues consideraron que el presidente vendió a Ucrania a un Estado que ha ejercido sobre esta nación presiones económicas y amenazas inaceptables, llevándolo a una mayor crisis económica y financiera.
El rechazo del presidente a firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE), negociado durante meses, ha sumergido a este país de 46 millones de habitantes en una crisis política sin precedentes desde la Revolución Naranja en el 2004 (protestas llevadas a cabo para denunciar el fraude electoral en las elecciones, en esta se unieron amplios sectores de la población insatisfechos con la mala gestión del Gobierno y los resultados obtenidos de su política económica y social). La tensión aumentó tras varias reuniones que mantuvo Yanukóvich con el presidente ruso, Vladimir Putin, para hablar de un acuerdo de asociación estratégica entre ambos países.
De acuerdo al Diario Oficial de la Unión Europea (UE), Ucrania ha sido de gran interés para los veintiocho por ser un país que cuenta con una gran dimensión de recursos, población y una ubicación geográfica estratégica. Todo lo anterior, convierte a este país en un actor regional con una notable influencia sobre la seguridad, la estabilidad y la prosperidad de todo el continente.
La relación entre Ucrania y la UE comenzó en 1994 con la creación de un Acuerdo de Colaboración y Cooperación, en el cual se establecía el respeto por una economía de mercado social e incluyente, es decir, un Estado de Derecho que proteja los derechos humanos fundamentales y de las minorías.
Así mismo, el 21 de febrero del 2005 fue firmado un plan de acción conjunta bajo un amplio marco de trabajo para desarrollar una relación cada vez más estrecha y de esta manera alcanzar una integración económica gradual y una cooperación política más profunda.
El 22 de julio del 2008, la UE anunció la firma de un Acuerdo de Estabilización y Asociación que serviría de base para iniciar las conversaciones sobre un tratado de libre comercio en donde se resaltarían los esfuerzos de Ucrania por estabilizar su situación política y crear una democracia estable que permita el desarrollo del país.
Luego de un largo periodo de incertidumbre, a finales del 2012 las relaciones entre los países miembros de la UE y Ucrania tomaron fuerza ya que ambas partes reafirmaron su voluntad de avanzar en la creación de una asociación política y una integración económica siempre y cuando se hubiese llevado a cabo las respectivas reformas en el sistema judicial y electoral.
Sin embargo, el Diario Oficial de la Unión Europea que se publicó el 6 de noviembre del 2013, afirmó que ante las Naciones Unidas y las normas europeas, la sentencia pronunciada el 11 de octubre del 2011, por la que se condenó a siete años de cárcel a la antigua Primera Ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko, así como los procesos contra otros ministros, fue un acto de venganza para condenar penalmente y encarcelar a los miembros de la oposición, impidiendo que pudieran ser candidatos y que realizaran campañas para las elecciones parlamentarias.
Durante la cumbre realizada en octubre del 2012, los representantes de la UE confirmaron que en el 2013 podría firmarse un acuerdo de asociación el cual incluiría una amplia y completa zona de libre comercio, que se convertiría en un nuevo mercado para los productos europeos y en una nueva oportunidad para recapitalizar la desalentadora tendencia de las inversiones extranjeras en Ucrania.
Según lo afirmado por el primer ministro Mykola Azarov, Ucrania cuenta con varios acuerdos listos para firmarse con la UE, en donde el Gobierno trabajará la expansión de la cooperación entre ambas partes, además de que continuará su sistemático trabajo hacia la integración con el eurobloque. Estos compromisos enmarcan programas para manejar la migración, la seguridad nuclear y una estrategia energética que contribuirá al desarrollo del país.
Sin embargo, a pesar de las virtudes atribuidas a la firma del acuerdo de libre comercio, estos tratados no se han firmado debido a que la mayor parte del Gobierno ucraniano afirma que quedarán bajo los pies de la UE, lo que significa que vivirán bajo sus normas y tendrán que cumplir a cabalidad la reformas en su sistema económico, político y judicial exigidas por los veintiocho.
El pasado mes, Ucrania tomó la decisión de suspender la firma propuesta bajo el argumento de querer proteger la seguridad nacional. De acuerdo a declaraciones del presidente Víktor Yanukóvich, al abrir el mercado ucraniano muchos bienes importados entrarán a competir con los productos nacionales, por lo que es necesario proteger a los productores y brindarles asistencia técnica.
Pese a esta suspensión, pero sin desechar del todo la ejecución de un futuro tratado comercial con la UE, el Gobierno ucraniano firmó un histórico acuerdo con Rusia, (un estado caracterizado por las constantes violaciones de los derechos humanos, ataques violentos a la población, múltiples detenciones arbitrarias, malos tratos, y desapariciones forzadas), en donde este país se comprometió a invertir USD15.000 millones en deuda ucraniana, reducir un tercio los precios del gas que le vende y la creación de un plan para el pleno restablecimiento de las relaciones comerciales.
Esta decisión tomada por el presidente Yanukóvich produjo una serie de protestas, en donde la oposición lleva un mes manifestándose contra el gobierno tras la medida de renunciar a un acuerdo con la UE y acercarse a Rusia. Los manifestantes han expresado que el acuerdo económico en Moscú será un impedimento para un acercamiento al eurogrupo, ya que Ucrania estaría bajo un control político, económico, militar, energético y financiero y sumado a esto podría integrar parcialmente la unión aduanera conformada por Bielorrusia y Kazajistán.
En un futuro próximo Ucrania buscará restablecer las negociaciones con la UE sobre las condiciones de la firma del acuerdo de asociación y de la zona de libre comercio y por consiguiente resolver los problemas comunes promoviendo las reformas políticas y económicas. Los europeos apuestan por progresar la relación con Ucrania, dado que es un socio estratégico con el que podrán cubrir una amplia gama de temas relacionados a recuperar la confianza de los mercados y a la eliminación de los obstáculos al comercio.