Experiencias exitosas en la región
Brasil, Argentina y Chile, países que lideran la trazabilidad en Sudamérica
Países del Cono Sur como Brasil y Argentina tienen experiencia en trazabilidad de carne. Chile, por su parte, en salmón y frutas.
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Brasil, Argentina y Chile son los países de América Latina con mayor experiencia en materia de trazabilidad. Estas naciones proyectan sus exportaciones de carne bovina a la Unión Europea (UE) y se convierten en modelos dentro de la región tras un año de la implementación de la Ley de Bioterrorismo en EE UU y la de seguridad alimentaria en la UE.
“El balance, a mi juicio, es que América Latina y particularmente el Cono Sur muestra hoy en día una capacidad tecnológica instalada en los sistemas productivos. A su vez, las estadísticas en exportaciones, particularmente, de Brasil, Argentina y Chile revelan un aumento positivo”, asegura el secretario ejecutivo del Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial del Cono Sur (Procisur), Emilio Ruz.
Brasil, por ejemplo, se ha convertido en uno de los principales exportadores de carne vacuna bovina y es consciente de la importancia de las normas de trazabilidad para abrir nuevos mercados.
En este caso, el país cuenta, desde el 2002, con el Sistema de Identificación de Origen Bovino y Bufalino (Sisbov), mediante el cual se identifican, registran y monitorean individualmente los animales.
Posteriormente, en el 2004, este programa fue ajustado a nuevos procedimientos de rastreo. Se estableció un sello con el país de origen del animal, el estado, el identificador del bovino y un dígito final.
También, se establecieron reglas que permiten una doble identificación a través de diferentes alternativas tales como:
Por su parte, Argentina tiene el Sistema de Identificación del Ganado Bovino para Exportación (Sigbe), el cual opera desde el segundo semestre del 2003 y determina que los animales cuyo destino sea la UE se identifiquen con 40 días de anticipación.
El Sigbe está integrado por dos componentes. Un sistema de identificación tipo tarjeta, no reutilizable y que debe colocarse en la oreja izquierda. Lleva nueve dígitos y al dorso el número del registro nacional sanitario de productores agropecuarios del propietario. El otro componente es un sistema de registro y documentación de movimientos sanitarios.
Se estima que el cargo al productor es de USD0,50 por caravana y que el número de animales con destino a exportación es de 2,7 millones, según cifras recopiladas por Procisur a julio del 2004.
Adicionalmente, en Argentina la producción de animales con destino a faena al igual que los campos de cría está enfocada al mercado de la Unión Europea.
Por último, Chile se destaca principalmente por el trabajo desarrollado en trazabilidad de frutas y salmón.
“En Chile se ha avanzado en el tema frutícola. Primero se trabajó con las buenas prácticas agrícolas, luego con un programa de producción limpia, bajo la iniciativa del Gobierno, y se establecieron mecanismos de incentivos económicos que permitieron el acceso a fondos de innovación tecnológica", comenta Ruz.
Basado en estos mismos principios de las buenas prácticas y la producción limpia existe un sistema integrado de la industria del salmón que establece una auditoría mensual a las plantas de proceso y otra semestral a los centros de cultivo.
“La trazabilidad en la industria salmonera implica registrar la información que se genera en cada etapa del proceso productivo. Esto permite el rastreo hacia atrás de los datos en caso de presentarse algún problema durante la cadena o cuando el salmón sea entregado al cliente final”, como lo menciona el documento "Sistemas de gestión y trazabilidad", elaborado por la Asociación de la Industria del Salmón de Chile (Salmón Chile).
La importancia de este sector radica en que un 80 por ciento de salmón y trucha enviado al exterior corresponde a productos con valor agregado. Así mismo, las exportaciones de estos productos totalizaron USD567,7 millones durante los cuatro primeros meses del 2005.
De otro lado, el país cuenta con un sistema de Planteles de Animales de Bajo Control Oficial (Pabco), que tiene como propósito fortalecer la competitividad a través de medidas de prevención, erradicación y control de enfermedades y fomentar el uso de las buenas prácticas agrícolas.
A su vez, oficializó en el 2005 un sistema de trazabilidad sanitaria y de identificación individual, que permite el movimiento de animales nacidos a partir de este año, de un predio a otro y de una granja o otra.
“El país aspira tener en cuatro años toda su masa ganadera bajo este sistema de trazabilidad nacional y exportar gran parte de su producción interna”, asegura el coordinador del Grupo de Especialidad de Bovinos de Carne del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Adrian Catrileo.
En definitiva, independientemente de las realidades y los sistemas que rigen en cada país latinoamericano resulta conveniente tratar de que los esfuerzos en trazabilidad sean el resultado de una gestión compartida entre productores, gobierno e institutos de investigación.
Resulta importante, a su vez, trabajar con plataformas tecnológicas que apunten a la calidad de las cadenas agropecuarias y que permitan compartir información entre los diferentes países. También, homologar las normativas para satisfacer los mercados internacionales.
Actualmente, el INIA trabaja en trazabilidad molecular, el sistema que posee los mayores niveles de confianza sobre el 99 por ciento. El proyecto inició en el 2004 y consiste en tomar muestras de sangre o de pelo del animal vivo, las cuales son llevadas al laboratorio y analizadas a través del ADN. La financiación del mismo proviene de USD200.000 de fondos de públicos y USD100.000 aportados por el sector privado. El programa está diseñado a tres años y se fundamentó en información europea, alemana e inglesa. Sobre esta base se busca replicar algunas experiencias y ajustarlas a la realidad chilena. Para el INIA, los objetivos de este plan son: |