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Inversión extranjera

Minería chilena atrae inversión récord en medio de grandes desafíos

La enorme demanda mundial de cobre ha llevado a Chile, principal productor de ese metal, a incrementar a USD104.300 millones la cartera de proyectos de inversión que contempla ese sector hacia el 2020 para aumentar en un 50% su producción, pero surgen serios obstáculos que ponen en riesgo esa meta.

Por: Alfredo Roca
Corresponsal de Legiscomex.com
Chile

China consume más de 7.340 millones de toneladas de cobre al año y la producción de Chile, principal exportador del metal, es insuficiente para satisfacer la creciente demanda de la más vigorosa economía del planeta. El resultado es que este año, según proyecciones de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), se registrará un déficit mundial de 199.000 toneladas de cobre y su precio rondará USD3,50 la libra, a pesar de la adversa coyuntura económica global.

Incluso si el crecimiento de China se limita a un promedio del 5% anual en los próximos años –lo cual es poco probable—, la potencia asiática duplicará su consumo de cobre para el 2020, y lo elevaría a 17.000 millones de toneladas si la expansión económica llega al 8%.

“Todos los escenarios nos dicen que la demanda china mantendrá por lo alto los precios del cobre, al menos por los próximos siete años, y las mineras chilenas quieren aprovechar al máximo este ciclo. La respuesta está en la inversión, que es lo que abrirá las puertas a una gran oportunidad, y lo que abunda en estos días son proyectos de inversión”, dijo a Legiscomex.com el consultor minero y gerente general de VantazGroup, Mauro Mezzano.

Un reporte de Cochilco, indicó que la cartera de planes de inversión minera en Chile se valoriza hasta este mes en USD104.300 millones, de los cuales el 77% corresponde a la minería del cobre y el resto a oro, plata, hierro y minerales industriales. Al término del año el monto podría ser muy superior.

Con estas cuantiosas inversiones, la producción chilena de cobre de mina podría alcanzar 8.440 millones de toneladas en el 2020, cifra superior en 50,3% respecto a la que se estima para este año. El 13,3% del crecimiento lo aportarían las inversiones en ejecución y el resto los proyectos que aún deben completar diversos estudios de factibilidad e impacto ambiental.

Según Mezzano, “el mayor riesgo que enfrenta la minería chilena es que los proyectos en cartera terminen por no materializarse por varios obstáculos que han ido apareciendo en el camino. Si esto ocurriera, el país sería incapaz de aprovechar en todo su potencial el gran ciclo que vive la minería mundial”.

Los obstáculos de los que habla Mezzano son la eventual escasez de energía y su alto costo, la disponibilidad de agua, la alta complejidad técnica de los proyectos en cartera y las dificultades para abastecer los bienes y servicios que exige el dinamismo del sector.

Energía

La industria minera, que consume el 20% de la energía que produce el país, está en la mira de un sector social cada vez más amplio con preocupaciones ambientales que clama por energía limpia.

Esto se observó con claridad el pasado 28 de agosto, cuando la sala constitucional de la Corte Suprema ordenó detener por razones ambientales el proyecto termoeléctrico Castilla, que busca generar 2.700 megawats con una inversión de USD5.000 millones a cargo de las empresas MPX, del magnate brasileño Eike Batista, y la alemana E.On. Los magistrados exigieron un nuevo estudio ambiental que retrasará -quizá por años— la construcción de esa central termoeléctrica en la norteña Región de Atacama, uno de los centros mineros del país.

El presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Alberto Salas, repudió el fallo y dijo, “no podemos dejar de puntualizar que la paralización del proyecto impactará negativamente el futuro desarrollo del país, en particular de la minería. Chile requiere duplicar su capacidad de generación eléctrica en los próximos 10 años y esa decisión no contribuye al objetivo”.

De acuerdo con Salas, sin seguridad en el suministro energético será muy difícil que se concrete la cuantiosa carpeta de proyectos mineros contemplados para la Región de Atacama, que asciende a USD33.000 millones –la tercera parte del total nacional- y lo mismo podría ocurrir en otras regiones.

En los últimos dos años, el Gobierno chileno ha aprobado proyectos que agregarán 4.000 megawats a la capacidad eléctrica instalada. Todos ellos enfrentan la objeción de ecologistas y grupos de pobladores de las zonas donde contemplan instalarse, así como una andanada de recursos judiciales en los tribunales.

La consultora económica y ambiental, Nicola Borregaard, comentó que “la minería y la energía van de la mano en un país como Chile, por lo que es un asunto en el que debemos compatibilizar las legítimas aspiraciones ambientales de una sociedad cada vez más demandante en ese tema, y las necesidades de energía para el desarrollo económico”.

“La respuesta está en el acceso a tecnologías más limpias y en el carácter inclusivo de los proyectos, que deben apuntar areunir la mayor participación pública y privada en torno ala eficiencia energética y a la sustentabilidad ambiental”, señaló la doctora en Economía de la Tierra por la Universidad de Cambridge.

Agua

El presidente chileno Sebastián Piñera dijo el 10 de septiembre: “tenemos proyectos en la minería por más de USD100.000 millones, pero tenemos dos dificultades: la energía y el agua”. Aclaró que no hay un problema inmediato de falta de energía, pero lo puede haber en el futuro.

Lo que sí existe para los operadores del sector, es un problema de agua y de costos de energía. La consultoría ElectroLumix estima que la energía eléctrica en Chile, que es manejada en sus diferentes etapas por operadores privados, a diferencia de otros países latinoamericanos, es la más cara de la región, con entre USD151,00 y USD242 el megawat-hora en el sector industrial.

Chile es un país de enormes recursos acuíferos pero están concentrados en el sur del territorio, mientras que las regiones con mayor actividad minera se encuentran en el norte, en medio del Desierto de Atacama, el más árido del mundo y el cual abarca 106.000 kilómetros cuadrados entre dos imponentes fronteras naturales: la Cordillera de los Andes y las costas del Océano Pacífico.

Thomas Keller, presidente ejecutivo de la gigante estatal Codelco, señaló que “además del alto precio de la energía, otro gran problema de la minería chilena es la falta de agua (un recurso natural de uso intensivo en esa industria), y uno y otro están relacionados”.

“Ya no tenemos nuevas fuentes de agua disponibles en las zonas mineras y distintos proyectos usan agua de mar desalinizada, lo que nos eleva mucho el costo porque necesitamos energía para transportar el agua desde el mar hasta la precordillera. Hasta dos tercios del costo de un litro de agua desalada pueden explicarse por lo que se gasta en energía”, dijo el ejecutivo.

En la Región de Antofagasta, donde los proyectos en cartera suman USD38.554 millones, el 37% del total nacional, seis de los desarrollos mineros en ejecución requieren de ductos para transportar agua desalada desde el mar hasta alturas de 2.400 metros y a través de distancias que superan los 150 kilómetros.

Oportunidad para firmas extranjeras

Mezzano, el gerente general de VantazGroup, señaló que “otro de nuestros problemas es que la cantidad de proyectos que se están desarrollando en la minería en Chile en estos momentos es impresionante y no tenemos capacidad en ingeniería y suministros para enfrentar esto. Estamos en un periodo de auge y crecimiento, y el mercado interno es incapaz de responder por sí solo”.

De acuerdo con el experto, existe estrechez de capital humano en el sector minero, tanto en cantidad como en calidad, que se acentuará en el futuro.

“La rotación de personal está aumentando en las empresas de ingeniería y en las plantas mineras, el conocimiento y el capital humano se está perdiendo. La gran cantidad de proyectos que está partiendo en forma simultánea requiere de nuevos actores. Vamos a necesitar 100 millones de horas-hombre de ingeniería y ahí las empresas extranjeras con experiencia en ingeniería compleja van a tener una gran oportunidad porque la mayor amenaza que deberán enfrentar los proyectos es la calidad de la ingeniería”, añadió.

El ingeniero industrial, MBA de la Universidad Católica y socio fundador de VantazGroup –empresa con oficinas en Chile, Argentina y Australia-, aseguró que este es un “muy buen momento para que empresarios de otros países, como puede ser el caso de los colombianos, se instalen en Chile o se asocien con empresas chilenas para poder abastecer y resolver los problemas de suministro que tenemos no solo en ingeniería, sino en equipo, en bienes, en acero”.

Dijo que en ingeniería “hay que tener la experiencia para desarrollar proyectos, en el área de suministros hay muchas oportunidades para vender equipamiento y en construcciónhacen falta empresas de mediano y gran tamaño para ejecutar esta inmensa cartera de inversiones”.

El déficit de ingeniería en el año 2011 fue del orden del 8%, porcentaje que se incrementara en los próximos años, según la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería de Chile.

Para el ejecutivo del área minera del Comité de Inversiones Extranjeras de Chile, José Andrés Herrera, “este es el momento para que empresas de otros países cercanos al nuestro vengan a invertir en la minería chilena. La oportunidad ahí está. También hay desafíos: el precio, la calidad de los bienes y servicios, y hay que tomar en cuenta que la industria minera exige a sus proveedores, como primer requisito, que estén instalados en Chile”.

Explicó que solo para su operación, el sector minero de Chile requiere bienes y servicios por unos USD20.000 millones al año, además de la cartera de inversiones, lo que conforma “un enorme mercado en el que caben muchos actores nuevos”.

Ante la escasez de bienes y servicios, el Gobierno chileno ha intentado organizar a los proveedores nacionales en “clusters mineros” (articulaciones productivas en torno al sector), pero los resultados han sido insuficientes y la necesidad de recurrir a empresas extranjeras para resolver los problemas de abasto es creciente.

Retos y bonanza

El director ejecutivo del Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco) de Chile, Juan Carlos Guajardo, comentó que “los proyectos ahí están y crecen cada día, pero la industria ha cambiado el foco del optimismo y comienza a preguntarse cuántos de estos proyectos se van amaterializar efectivamente. Y ante esta pregunta es necesario plantear que lo primero que se requiere es una mayor sofisticación de todos los actores de la industria”.

Dijo que no es lo mismo manejar proyectos mineros hoy en día que hace 15 años porque “la inversión, la complejidad técnica, el nivel de riesgo y la envergadura (de los desarrollos) son mucho más altos”.

Para Guajardo, la minería chilena requiere también una mayor relación con el sector financiero local. La Bolsa Minera es un proyecto postergado, lo cual ha impedido incrementar el grado de bursatilización del sector. Mientras que en Chile solo el 3% de las empresas que cotizan en bolsa son mineras, en Perú la cifra sube al 10% y al 35% en Australia y Canadá. “Tenemos mucho por hacer en el tema de financiamiento”, dijo el director ejecutivo del Cesco.

En medio de los desafíos y obstáculos tangibles que enfrenta la minería, Chile es el país latinoamericano con la mayor cartera de proyectos mineros para los próximos siete años y el tercero más confiable en el mundo para las inversiones en el sector, detrás de Canadá y Australia.

Chile, que solo tiene el 0,6% del territorio y el 0,3% de la población en el mundo, es el primer productor de cobre, con el 35% a nivel global. Ese metal genera las dos terceras partes de las exportaciones del país, la quinta parte de los ingresos fiscales y el 16% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que pone de relieve su importancia para la economía nacional.

“Con un gigante como China que consume el 39% de la producción mundial de cobre refinado, Chile debe desplegar su máximo potencial minero para aprovechar el ciclo de bonanza”, dijo Guajardo.