¿El humor como estrategia de negociación en los negocios con China?
El humor a lo largo de la historia China, ha pasado por diferentes apreciaciones de la mano de las transformaciones de su compleja cultura. Sin embargo, hay posiciones fuertes inmersas en las corrientes religiosas que se arraigan fuertemente en su cultura.
Por ejemplo, en el budismo ortodoxo con una posición fuerte en contra del humor, se clasificó la risa en seis diferentes tipos, haciendo una analogía con la distancia entre el individuo y la iluminación; teniendo en cuenta que la sonrisa de buda es sutil, por lo cual estaría muy cerca de la iluminación. Esta anotación puede evidenciarse fácilmente en los negocios chinos, con algunas variaciones, como se verá a lo largo de este artículo.
Para empezar, se hace necesario anotar que el concepto de humor es diferente en China y en el resto de occidente, ya que en occidente se entiende más como una forma de entretenimiento y en China por su parte, como una forma de expresión de temas que involucran política, historia, crítica social, rayando en el sarcasmo y el humor negro.
Las personas chinas en general, consideran el tiempo como un factor influyente en la forma en que interactúan con terceros, e intentarán que la relación madure en función del mismo. En un principio, los chinos son callados, precavidos, muy respetuosos y reservados, pero no escatiman cuando se trata de cordialidades, puesto que prefieren entablar una relación y ambiente de amistad antes de hacer los negocios (esto muchas veces traducido en lujosas invitaciones a comer y frecuentes brindis –“干杯” -“ganbei”- con alcohol).
En el primer contacto siempre se tratará de dejar una buena impresión y sensación de confianza, donde ellos prefieren actuar con cautela. Después del primer contacto, cuando ambas partes ya se han conocido y se han hecho una idea de la situación, el ambiente se irá relajando poco a poco, dando lugar a comentarios que más que humorísticos, son para agasajar a la otra parte, por ejemplo, cuando dicen que el café de Colombia es el mejor del mundo, o cuando exaltan la belleza en las composiciones literarias de Gabriel García Márquez.
Por otra parte, hay diferentes barreras culturales que impiden un entendimiento común del humor; lo que para un occidental puede ser gracioso, para un chino no y viceversa. Una de estas barreras y quizá la más predecible es el idioma; pues cuando se trata de humor verbal, se requiere de un nivel de manejo del idioma avanzado, tanto del emisor como del receptor del mensaje, y cuando no, del intérprete o traductor, corriendo el riesgo de que al traducir el comentario de humor a chino o a español/inglés, muy probablemente ya no tendrá el mismo sentido.
Así mismo, hay otros aspectos culturales que inciden en la percepción del mundo, y de los negocios y que influyen también en el entendimiento del humor. Por ejemplo, en la cultura china hay relatos históricos, fantásticos, historias tradicionales y proverbios que datan de muchos siglos atrás, y que son comúnmente citados en las conversaciones cotidianas. Estos relatos algunas veces son divertidos, pero no pueden ser tomados como chistes, pues al final estos dejan en el aire un mensaje o enseñanza.
Así pues, la cultura china tiene creencias muy arraigadas y llevan a darle un significado adicional a las cosas, hay que ser precavido y pensar que muchas cosas que en occidente no tienen significado especial, en la cultura china, adquieren un sentido diferente. Por ejemplo; el sonido de los relojes les hace recordar un funeral o el sonido de un paraguas cuando se abre es sinónimo de ruptura de una relación. Desde este punto de vista, si está pensando agasajar a su invitado chino, puede descartar la idea de regalar este tipo de objetos.
Como es bien sabido, a la hora de hacer negocios internacionales, se deben tener en cuenta las diferencias culturales entre las partes, por esta razón, no se podría tomar el humor como una estrategia de negociación con los chinos. El humor chino por tanto es diferente al humor occidental, y a la hora de hacer negocios es mejor actuar con prudencia y no abordar en los primeros encuentros temas que generan discrepancia, como política, cultura, problemáticas sociales, etc.
Finalmente, no se trata de entender el humor como una serie de expresiones que produzcan diversión o risa, sino de generar un ambiente agradable, de agasajo y cortesía, para direccionar la relación de negocios a una relación larga, duradera y de confianza.