Acuerdo de Asociación Colombia-UE
Retos para Colombia
Después de la rúbrica del Acuerdo de Asociación (AA) entre Colombia y la Unión Europea (UE), el país sudamericano encara una serie de retos para lograr la aprobación y aprovechamiento de este tratado.
La rúbrica del AA, que se cumplió en el marco de la Sexta Cumbre de América Latina, El Caribe y la Unión Europea, formaliza la culminación de las negociaciones del tratado negociado entre la UE, Colombia y Perú.
Sin embargo, lograr la aprobación de este acuerdo requiere mucho más que la presentación oficial del texto final adoptado.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, luego de terminado el proceso de revisión legal, se procede a la autenticación del texto definitivo, sobre el cual no caben más modificaciones. Dicho texto deberá ser traducido a los 21 idiomas oficiales de la UE, cuyas versiones serán igualmente auténticas, en un tiempo aproximado de tres meses. Surtidos todos estos pasos, se podrá proceder a la firma del Acuerdo, de manera solemne, lo que generará los correspondientes efectos jurídicos para los signatarios del mismo.
Una vez firmado, el Acuerdo deberá someterse, en Colombia, a la aprobación del Congreso de la República y a la revisión de constitucionalidad por parte de la Corte Constitucional, para que el Presidente de la República pueda proceder a su ratificación. Estos trámites pueden durar hasta dos años.
En el caso de la UE, con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el Acuerdo debe ser aprobado por el Parlamento Europeo, además del beneplácito interno en cada uno de los estados miembros, en caso de que la Comisión y el Consejo de la UE determinen que se trata de un acuerdo de naturaleza mixta por incluir temas de competencia de los países que hacen parte de la UE.
En la UE, el Colegio de Comisarios prepara y aprueba dos documentos mediante los cuales pide autorización al Consejo, tanto para firmar el acuerdo y aplicarlo provisionalmente, como para concluirlo (previa aprobación consent”¡ del Parlamento Europeo).
Posteriormente, el Consejo Europeo autoriza la firma y eventual aplicación provisional (si la Comisión lo solicita). Enseguida, el acuerdo se somete a la aprobación del Parlamento Europeo, y luego de esta, el Consejo emite una decisión autorizando su ratificación (para la UE).
Si se determina la naturaleza mixta del acuerdo, este deberá someterse igualmente a los respectivos procedimientos internos de aprobación y ratificación, de conformidad con la legislación interna de los estados miembros de la UE.
Si no se presenta ningún contratiempo y cada proceso surte su trámite normal, el AA con la UE será aprobado a mediados del 2012, según cálculos de Mincomercio.
No obstante, lograr el visto bueno del Parlamento Europeo no será tarea fácil para Colombia, como lo señala el presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Javier Díaz, quien en entrevista con Legiscomex.com se mostró escéptico frente a la suerte que pueda correr el tratado en el legislativo de la UE.
“En el Parlamento puedo ocurrir cualquier cosa, porque la discusión no solo se centra en los temas propios del acuerdo, sino que entra a jugar el elemento político. Cuando miramos qué ha ocurrido con los TLC en EE UU y Canadá nos damos cuenta de que no hay discusión sobre texto del acuerdo, sino que toda la controversia se da alrededor del tema político, y en el caso de la UE podría presentarse una situación similar con tópicos como derechos humanos, protección a sindicalistas y protección ambiental, entre otros”, explica.
Para Díaz, los recientes pronunciamientos de algunas ONG y de parlamentarios socialistas, que han visitado en los últimos meses Colombia, son muestra fehaciente de que el tratado se topará con varios obstáculos en el Parlamento.
De acuerdo con el dirigente gremial, frente a este panorama la alternativa para Colombia es la de reconocer los problemas que aún subsisten en materia de orden público y derechos humanos, pero también dar a conocer los avances que se han logrado hasta el momento y la importancia que puede tener un acuerdo comercial como este para lograr una solución definitiva.
“La solución de los problemas que tiene Colombia pasa por el fortalecimiento de la economía legal y por encontrar mercados a los que podamos llevar nuestros productos, porque el tema de los derechos humanos también tiene un componente que está atado al narcotráfico”, sostiene.
Pero a diferencia de lo que ha ocurrido con otros acuerdos que han paso ágilmente por el Congreso colombiano, el AA también podría tener problemas para ser aprobado en Colombia, debido al malestar que esta negociación ha causado entre los empresarios del sector lácteo.
“Al cierre de la negociación con la UE, nosotros como industria tenemos que plantear una gran preocupación, porque se dio sobrepasando los límites de línea roja que el sector había solicitado al equipo negociador, en los que podíamos ceder sin afectar al sector lácteo colombiano”, explica Jorge Andrés Martínez, director ejecutivo de Asoleche.
Las quejas de estos empresarios ya han empezado a tener eco en el Congreso colombiano, a tal punto que el pasado 13 de mayo el partido Conservador envió una carta al presidente Álvaro Uribe en el que le solicita abstenerse de firmar el acuerdo con la UE “hasta tanto no sea revisado lo referente a la afectación que sufriría el sector ganadero, específicamente el lechero, pues habría una clara competencia desleal de los europeos frente a los nacionales”.
Frente a la avalancha de críticas, el Gobierno colombiano tomó varias medidas para compensar al sector lácteo entre las que se encuentran la implementación de un documento Conpes, en el cual se especificará la situación actual del sector y se fijará una hoja de ruta para dar impulso y respaldo a esta actividad económica.
Adicionalmente, las partes se comprometieron a monitorear el impacto del acuerdo, para el desarrollo del sector lácteo, con miras a adoptar las medidas y ajustes apropiados, en caso de que se requieran.
Para Martínez, lo fundamental en las medidas que se adopten, es que estas permitan el apoyo al pequeño y mediano productor de leche, puesto que ellos consideran fundamental para el futuro de la cadena láctea tener un apoyo directo en materia de asistencia técnica, de mejoramiento genético, en la infraestructura del país, de la red de energía que permita tener tanques de enfriamiento en las regiones más apartadas y en materia de cargas impositivas, por lo que todos estos temas deben quedar incluidos en el Conpes.
“En Colombia tenemos uno de los precios más altos de la leche cruda en Latinoamérica. Estamos muy por encima de los precios que manejan países como Brasil o Argentina que son exportadores de productos lácteos, por lo que es clave flexibilizar los costos de producción, con el fin de que podamos acceder a mercados externos de forma competitiva”, sostiene.
Pero no solo el sector lácteo necesita mejorar su competitividad. Los denominados sectores “ganadores” del acuerdo también requieren ponerse ‘a punto’ para tener un acceso real a este codiciado mercado.
Según Javier Díaz, la tarea empieza por tener información del mercado europeo, por ampliar o tener el conocimiento de cómo funciona, por saber cuál es la característica de la demanda y cuáles los canales de comercialización en cada país, ya que por no tener este conocimiento, muchas empresas colombianas no han podido ingresar exitosamente a la UE.
Otro aspecto fundamental es el de las certificaciones. En la medida en que es un mercado nuevo, en el que no se tiene mayor experiencia y en el que las empresas colombianas no son muy reconocidas, contar con sellos o certificaciones de organizaciones acreditadas internacionalmente en temas como calidad, medio ambiente o comercio justo, es primordial para empresas de todos los tamaños, puesto que se convertirá en la puerta de entrada al viejo continente.