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Tratados comerciales

Colombia, el punto de batalla entre Gobierno y empresarios costarricenses

La discusión comenzó el año pasado cuando el gobierno de Costa Rica anunció acercamientos para un posible TLC con Colombia. La oposición de los empresarios no tardó. Ahora, un año después y tras dos rondas de negociación, varios sectores empresariales siguen en contra del tratado.

Por: Clara Villatoro
Corresponsal de Legiscomex.com
Centroamérica

No más tratados de libre comercio. Esa es la postura que varios sectores empresariales en Costa Rica han retomado tras las primeras rondas de negociación de un acuerdo comercial con Colombia. Hace un año, cuando el Gobierno costarricense anunció un primer acercamiento, los empresarios hicieron pública su oposición argumentando que las economías eran competitivas, más que complementarias. Un año después, ni los estudios, ni el diálogo sostenido entre el Gobierno y los diferentes sectores han cambiado la opinión de los empresarios, la negativa ante el acuerdo continúa.

“La desventaja de la industria alimentaria tica no necesariamente es con Colombia; es un problema estructural de competitividad interno que aplica para todo el proceso de apertura comercial que ha venido desarrollando Costa Rica durante los últimos 20 años”, aseguró a Legiscomex.com Mario Montero, vicepresidente Ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia).

Cacia reclama mayor atención de parte del Gobierno costarricense a aspectos como la infraestructura, aranceles de insumos, inseguridad jurídica, “la inexistencia” de sistemas de verificación de la reglamentación técnica, entre otros.
Una postura similar es la Cámara de Industriales de Costa Rica (CICR), entidad que tras la ronda de negociación celebrada a inicios de agosto pasado agregó en sus declaraciones que si no se excluyen los sectores que podrían ser afectados ante la apertura con Colombia, los industriales no apoyarán el proceso y llevarán su posición “a todas las instancias necesarias”.

Con más reserva se ha mostrado la Cámara Costarricense de Importadores, Distribuidores y Representantes (Crecex), en declaraciones a la prensa local su director ejecutivo, Luis Fernando Monge, solicitó ser cautos y evaluar las ventajas y desventajas que el tratado traería a cada sector.

El Ministerio de Comercio Exterior de Costa Rica (Comex) ha seguido adelante con las negociaciones y previo a la primera ronda expresó públicamente: “El tratado permitirá que los lazos comerciales existentes empiecen a regirse por reglas claras y transparentes, que faciliten y ayuden a los empresarios en la búsqueda de nuevas oportunidades”.

Colombia, el modelo de Perú y el descontento

Esta no es la primera oposición de los empresarios costarricenses a un acuerdo comercial con Sudamérica. Hasta ahora, el único TLC vigente con un país de esta zona es el firmado con Chile. Sin embargo, en el 2011, se firmó un acuerdo con Perú que no sedujo en ningún momento a los empresarios. El tratado aún no ha entrado en vigencia, ya que no ha sido ratificado por la Asamblea Legislativa, pero varios sectores han insistido en las pocas ventajas comerciales que ofrece.

En su momento, Luis Obando, asesor de comercio internacional de la CIRC, declaró a Legiscomex.com que quizás el mayor beneficio que Costa Rica podría lograr –como país– al tener a Perú como aliado sería tener un puente al Foro de Cooperación Económica Asía-Pacífico (APEC, por su sigla en inglés). Pero aclaró que dicho ‘beneficio’ no era suficiente argumento para que el sector industrial apoyara el tratado.

Tras el inicio de las negociaciones con Colombia, el TLC con Perú ha vuelto a sonar. Después de la primera ronda de negociación, el Comex anunció que Costa Rica y Colombia acordaron seguir el modelo del texto del tratado con Perú.
“La aceptación de Colombia de utilizar como base el acuerdo negociado entre Costa Rica y Perú ha permitido acordar más del 90% de los textos normativos. Con este enfoque hemos logrado cerrar en una ronda lo que en otros acuerdos nos llevaba cinco encuentros”, afirmó el viceministro de Comercio Exterior, Fernando Ocampo, en un comunicado de prensa.

La agilización del proceso al seguir el modelo de Perú no ha caído bien, sobre todo ante las opiniones encontradas entre Gobierno y empresarios en cuanto a ese acuerdo en específico. Una vez firmado ese tratado, los empresarios no tuvieron más que aceptarlo.

La negativa de los empresarios ante un TLC con Colombia se alimenta con las cifras oficiales de exportaciones e importaciones. Datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), dan cuenta que de 13 países sudamericanos que figuran en la lista de importaciones de Costa Rica, Colombia se situó en el primer lugar en 2011 al reportar USD455,5 millones en productos importados. La cifra dista mucho de los apenas USD50,8 millones importados desde Perú en el mismo periodo.

“La industria alimentaria es un sector aperturista; no obstante, durante los últimos años, especialmente después de la negociación del acuerdo comercial entre EE UU y Centroamérica (Cafta-DR, por su sigla en inglés), ha venido señalando una serie de fallas estructurales internas en materia de competitividad, que deben ser atendidos previo a seguir negociando más tratados comerciales”, expresó Montero a Legiscomex.com.

El reto para los empresarios

La presencia de productos colombianos en Centroamérica es notable. Especialmente en materias primas y comestibles, basta visitar un supermercado en la región para encontrar una variedad de alimentos procedentes de ese país.

La Cacia lo ha reconocido en múltiples ocasiones, declarando incluso que las condiciones de clima de negocios serían “hostiles al punto que sería casi imposible competir con los productos colombianos”, si el TLC llegara a concretarse.
Para frenar los temores de los empresarios de este sector y otros más, el Gobierno costarricense ha destacado la intención de Colombia de promover sinergias binacionales. Así, empresas de capital colombiano tomarían como sede de la región a Costa Rica. Otra idea que se promueve es el de ver a esta nación como plataforma para el ingreso de productos costarricenses hacia el Sur.

Pero la idea aún no convence a los opositores. El Comex ha llegado al punto de declarar que ya hay empresas costarricenses pidiendo alianzas. Pero estos comentarios han generado aún más choques con los sectores empresariales.

“Si una empresa tiene interés por un acuerdo comercial, no significa que esa sea la posición de todo el sector. La inmensa mayoría de nuestros agremiados nos han expresado no estar de acuerdo con otro tratado comercial sin la debida atención de la agenda de competitividad. Es un tema de mayorías, no de intereses muy puntuales”, argumentó Montero al respecto.

En los últimos 12 años, el crecimiento de las importaciones de productos colombianos a Costa Rica ha sido considerable. De USD120,9 millones reportados en el año 2000, se saltó a USD500,3 millones en 2010. Las exportaciones del país centroamericano hacia Colombia no han tenido un cambio tan drástico, ya que en una década pasaron de USD21,7 millones a USD 51,6 millones. Un crecimiento bastante modesto.

Ahora el debate que los empresarios plantean es negarse a una apertura total y establecer la exclusión de los sectores que se verían más afectados. El debate seguirá, pero serán las autoridades comerciales de ambos países las que den pauta a más batallas o a un entendimiento. La tercera ronda de negociación está prevista entre el 22 y el 25 de octubre en Colombia. El camino por recorrer es aún muy largo.