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Opinión

Trazabilidad, más allá de un requisito, una ventaja para la imagen empresarial

“Técnicamente, trazabilidad traduce la capacidad de rastrear la historia, aplicación o localización de una actividad, proceso, producto, organización o persona por medio de información almacenada en registros”.

Por: Yara Montaña Ribeiro*

Cápsulas envenenadas con cianuro, personas recibiendo sangre contaminada con VIH y Hepatitis C, crisis de las vacas locas, gripe del pollo en Hong Kong, crisis de los pollos belgas, envases de gaseosa contaminados, epidemia de fiebre aftosa en Reino Unido, contaminación de productos con Sudan I, juguetes con pintura a base de plomo, leche contaminada y muchos otros casos tienen un elemento en común: la necesidad de poder identificar rápidamente la ubicación de productos que por cualquier razón puedan afectar a sus usuarios y consumidores, y realizar procesos de recogida ágiles y eficientes que eviten situaciones que además de lo anterior puedan afectar la imagen del bien, que tarda mucho tiempo en ser construida, pero en algunos casos solamente horas para perder su reputación.

La habilidad anterior se denomina trazabilidad, una palabra que se ha posicionado en el mercado internacional y ahora en Colombia, cobrando vida en algunos sectores de gran sensibilidad por su relación directa con el bienestar de las personas, como es el caso del sector de la salud. Técnicamente, trazabilidad traduce la capacidad de rastrear la historia, aplicación o localización de una actividad, proceso, producto, organización o persona por medio de información almacenada en registros.

La trazabilidad genera sus mejores resultados cuando se aplica de manera integral, internamente: hacia atrás, lo que se conoce como tracing o rastreo y que implica la habilidad para identificar el origen de una unidad y/o lote de producto dentro de la Cadena de Abastecimiento y, hacia delante, llamada también tracking, que significa contar con la habilidad para seguir la ruta de una unidad o un lote, mientras es trasferido entre empresas hasta el consumidor final.

Lo anterior obliga a llevar a cabo este proceso de la mano con los socios de la cadena de valor hacia atrás y hacia delante, de carácter nacional o internacional, como elemento fundamental para contar con la información necesaria para cumplir con los requisitos de seguimiento. Pero ¿cómo intercambiarla de tal forma que se pueda conformar un único historial para el bien trazado, de forma continua y con información confiable?

La respuesta a esta inquietud está en los estándares: llamar de la misma forma a los productos en la cadena de valor, identificarlos con sistemas de captura automática de información ampliamente utilizados e intercambiar datos entre las partes utilizando formatos de comercio electrónico universalmente acordados, se convierten en grandes facilitadores para asegurar este proceso. Es de resaltar que en operaciones de volumen la tecnología se constituye en un habilitador fundamental para el manejo ágil de dicho proceso y la administración de los estándares utilizados para tal fin.

Recuerde, la trazabilidad debe ser una herramienta permanente de uso ocasional, que al requerirse puede significar para la empresa la diferencia entre ser reconocida por los consumidores como una empresa responsable, interesada por el bienestar del consumidor o una que deberá llevar por mucho tiempo la imagen negativa de un evento adverso. ¡Convierta la trazabilidad en una de las ventajas competitivas de su compañía!


*Directora de Innovación y Mercadeo
Fundación LOGyCA
ymontana@logyca.org