Sectores económicos
Recupera dinamismo salmón chileno tras crisis del virus ISA
La industria chilena del salmón —la segunda en el mundo, después de la Noruega— vive una rápida recuperación tras la crisis del virus ISA y este año alcanzará exportaciones récord a pesar de las turbulencias que viven los mercados globales y de la caída de los precios de ese producto pesquero.
Entre enero y septiembre de este año, las exportaciones chilenas de salmón y trucha llegaron a USD2.012 millones, lo que representó un alza del 52,2% con relación al mismo periodo del 2010. Se trata de una cifra que vaticina un año récord para la industria chilena del salmón, un sector que en el último bienio perdió la mitad de su valor al desplomarse su producción y ventas externas por una epidemia del virus ISA (Anemia Infecciosa del Salmón, por su sigla en inglés).
“Lo positivo es que la recuperación llegó antes de lo previsto”, dijo a Legiscomex.com el gerente general de Aserta Consultores, Hernán Frigolett, quien sostuvo que a pesar de los desafíos que aún enfrenta el sector, las perspectivas de expansión son muy buenas. De acuerdo con el economista de la Universidad de Chile y maestro en Ciencia Económicas de la Universidad de Londres, este año la producción chilena de salmónidos (salmón y trucha) llegará a 550.000 toneladas brutas y las exportaciones se ubicarán en unos USD3.000 millones, un monto sin precedentes.
Solo en el primer semestre de este año, las cinco principales salmoneras chilenas reportaron ganancias por USD72,6 millones, lo que contrasta con las pérdidas por USD68,6 millones que contabilizaron en el mismo periodo del 2010, cuando la crisis del virus ISA marcó su punto más alto. Ese año, la producción de salmón cayó a 292.000 toneladas y las exportaciones se ubicaron en USD2.003 millones, la menor cifra de los últimos tres años.
“El virus ISA causó una crisis muy seria en la industria salmonera chilena por la muerte masiva de los peces (que se producen en criaderos o granjas acuícolas en el sur del país) porque hubo una explotación intensiva del recurso y se descuidó su sustentabilidad. Ahora, parece que la mayoría de productores aprendieron la lección. Hay una reorganización del sector y se están introduciendo mejores prácticas que intentan evitar el hacinamiento de los peces, que es lo que los hace permeables a contraer virus o ataques bacterianos”, señaló Frigolett.
La crisis del virus ISA —en la que 25.000 trabajadores chilenos quedaron sin empleo—, obligó a los empresarios pesqueros a reformular su modelo productivo y encendió las alarmas en el Gobierno, que introdujo una nueva regulación tendiente a prevenir epidemias mediante estrictas normas sanitarias y ambientales.
El nuevo marco regulatorio incluye la reconfiguración territorial de la industria, cuyos centros de producción fueron divididos en macrozonas o barrios con un mayor distanciamiento entre ellos, con un mínimo de tres millas. Las vacunaciones a todos los peces ahora son obligatorias y se introdujo un nuevo sistema de coordinación de siembras, descansos y cosechas que busca evitar sobrecargar los ecosistemas. Todas estas medidas se aplican bajo la estricta supervisión de inspectores del Servicio Nacional de Pesca, que ha impuesto multas de hasta USD50.000 a salmoneras que han incumplido con los periodos de descanso establecidos por la autoridad en los criaderos.
“Estamos aplicando un conjunto de normas sanitarias básicas para la prevención y la contención de enfermedades, a las cuales deberán someterse todos los centros de cultivo y procesamiento de salmón. También, creamos un Panel de Expertos, integrado por especialistas de primer nivel, cuya función es elaborar recomendaciones, con base en criterios económicos, científicos y técnicos, para asegurar la sustentabilidad y competitividad del sector salmonero”, dijo el subsecretario chileno de Pesca, Pablo Galilea.
El Panel de Expertos recomendó al gobierno prohibir la producción de salmones jóvenes (un proceso conocido como “smoltificación”, previo a la engorda de los peces) en lagos, ríos y estuarios para evitar la contaminación de las aguas. La medida será aplicada por la Subsecretaría de Pesca, lo que obligará a las empresas a trasladar todas las pisciculturas de agua dulce a estanques en tierra. Esto requerirá una inversión de USD336 millones, según estimaciones oficiales.
La nueva reglamentación genera resistencias por parte de un sector de empresarios que considera excesiva la inversión que deberán realizar para cumplir con las normas.
El presidente de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile (SalmonChile), José Ramón Gutiérrez, llamó a la responsabilidad empresarial y criticó a quienes se oponen a las estrictas reglas sanitarias. “Estas mayores inversiones que tendremos que hacer tienen una retribución positiva porque redundan finalmente en menores mortalidades y en peces más sanos y más grandes. No podemos ver todo como puro costo porque lo que está en juego es el patrimonio sanitario después de la grave crisis que vivimos”, señaló el dirigente del organismo que congrega a 76 salmoneras que realizan el 90% de las exportaciones del país.
Para Gutiérrez, “esta es una industria que ahora se recupera en forma paulatina y que tiene mucho potencial, pero lo importante es que el crecimiento sea con sustentabilidad ambiental y sanitaria. No podemos echar por la borda esta segunda oportunidad”.
Los hechos se han encargado de dar la razón al dirigente gremial y a las autoridades pesqueras. En julio pasado, un brote de la cepa HPR0 del virus ISA apareció en 23 centros piscícolas, lo que generó un duro editorial de The New York Times en el que el diario estadounidense catalogó de “insostenible” la forma en que se cultiva el salmón en Chile.
La publicación reconoció que el sector ha realizado algunas reformas desde la crisis que vivió entre el 2009 y el 2010 por la epidemia viral, pero consideró insuficientes esos cambios. Además, acusó a las empresas de mover sus centros de producción desde aguas contaminadas hacia aguas cristalinas que ahora están infectadas.
Galilea, el subsecretario de Pesca, acusó al diario neoyorquino de “faltar a la verdad y desinformar” a sus lectores, señaló que el editorial incurrió en varias imprecisiones al omitir los avances en la regulación y presumió la existencia de intereses de terceros para dañar la imagen de la industria salmonera de Chile.
Gutiérrez, el presidente de SalmonChile, sostuvo por su parte que es necesario cumplir de manera estricta con la nueva legislación y advirtió que las empresas que no lo hagan tendrán que quedar afuera, pues en esto no se van a transar.
Con la crisis del virus ISA, Chile fue desplazado en el 2010 por Noruega como el principal abastecedor de salmón a EE UU pero este año logró recuperar el terreno perdido y ocupó de nuevo el liderazgo, con ventas por USD328 millones, durante el primer semestre a ese mercado, aunque el destino más rentable fue Japón, con envíos por USD604 millones, seguido de Brasil, con USD141 millones.
“La crisis económica en Europa no afectará de manera directa a la industria chilena del salmón porque ese mercado no figura entre los principales de ese sector”, dijo Frigolett.
Según el gerente general de Aserta Consultores, con un manejo responsable de los cultivos las exportaciones chilenas de salmónidos pueden llegar a más de US$ 5.000 millones antes de que concluya esta década, mientras que la producción se ubicaría en un millón de toneladas.
De acuerdo con un estudio de Australis Seafoods, el consumo mundial de salmón irá en aumento porque se trata de un alimento saludable, que contiene el apetecido Omega 3 y que, además, se caracteriza por su buen sabor y por ser cada vez más accesible para las clases medias emergentes de Asia y Latinoamérica. Este año, la demanda mundial de salmones se acercará a los dos millones de toneladas, el doble que hace una década.
Noruega es el primer productor global de salmón, con 1,1 millones de toneladas en el 2010, pero su industria tocó techo y, según Australis Seafoods, “Chile (segundo productor en el mundo) es el único país capaz de satisfacer la creciente demanda”.
“Existe el potencial pero hay muchas tareas pendientes todavía. La primera es aplicar las nuevas normativas sanitarias y medioambientales, que es un proceso en marcha que aún no finaliza. También hay que resolver el problema de la deuda de la industria salmonera con los bancos (que asciende a unos US$ 1.600 millones) y hay que observar la evolución de la crisis económica en Europa y EE UU”, afirmó Frigolett.
Las turbulencias financieras en los países desarrollados han provocado una caída en los precios internacionales de los alimentos y productos básicos y el salmón no ha sido una excepción. A la volatilidad económica se suman el adelantamiento de cosechas en Noruega, el incremento de capturas de salmón salvaje en Alaska y Rusia, y la recuperación del sector en Chile. Todo esto llevó el precio del producto a USD3,90 la libra el mes pasado luego de que en marzo anterior había llegado a USD5,80, la mayor cotización desde 1987.
Para Gutiérrez, el presidente de SalmonChile, la situación está lejos de ser preocupante porque “en promedio, en el año 2011 se están dando los mejores márgenes (de ganancia) de los últimos años, entre USD1,50 a USD2,00 (por kilogramo) metiendo todas las especies (de salmónidos). No ha sido lo mejor en la historia pero es bueno, y la caída en los precios se ha compensado en parte con mayores volúmenes de embarques”.
En medio de la reactivación, la oscilación de precios y las incertidumbres económicas que enfrentan los mercados globales, el salmón chileno será este año el principal producto no tradicional de exportación y generará el 3,5% de las exportaciones totales del país, un porcentaje muy adecuado para una nación que ha hecho del sector externo el motor de su desarrollo.
En el plano laboral, la industria salmonera también ha logrado recuperar parte de los 25.000 empleos que perdió con la crisis del virus ISA y, según las proyecciones de SalmonChile, el próximo año tendrá de nuevo las 40.000 fuentes de trabajo que generó en el 2008, su año de mayor apogeo. Esto es una muy buena noticia para las regiones del sur de Chile, cuyos indicadores económicos y sociales están ligados al comportamiento de ese sector.
Un tema pendiente es el de la reestructuración financiera de las empresas salmoneras, varias de las cuales recurrieron al mercado bursátil —donde recaudaron en el último año USD752 millones— para capitalizarse y emprender un nuevo ciclo de crecimiento. Sin embargo, la baja en los precios internacionales del salmón ha llevado a algunas compañías del sector a buscar alternativas para obtener nuevas fuentes de financiamiento y enfrentar sus compromisos con los bancos. Entre las opciones, figuran la venta de firmas pequeñas y medianas a compañías más grandes o la incorporación de nuevos socios.
“La recuperación es un hecho, pero aún quedan varias interrogantes que se irán despejando en los próximos meses”, afirmó Frigolett.