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Integración económica

Frena Brasil acuerdo automotor con México

Brasil y México no coinciden aún sobre el futuro de un acuerdo automotor que tiene en la cuerda floja negocios por USD4.300 millones anuales, casi la mitad del comercio entre las dos mayores economías de Latinoamérica.

Por: Virginia A. Pérez Souza
Corresponsal de Legiscomex.com
México

Aunque el Gobierno mexicano intenta evitar que Brasil rompa unilateralmente el Acuerdo de Complementación Económica del Sector Automotor (ACE 55), la expectativa de salvarlo se ha reducido, ya que no hubo avances en la reunión que la semana pasada sostuvo la delegación mexicana en Brasilia.

Entre los temas álgidos en la discusión está la inclusión de los camiones pesados al ACE 55, que estaba programada para entrar en vigor en el 2020. Uno de los problemas es que México utiliza la norma de fabricación de EE UU y Brasil, la de Europa y atienden a mercados diferentes.

En la víspera, Brasil sorprendió a México al exigir la revisión de un acuerdo para el libre comercio de automóviles que disparó en más del 700% su déficit comercial con ese país hasta USD1.170 millones en el 2011.

Y es que Brasil demanda los mismos términos comerciales que México tiene con EE UU, a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Por ello es que el país sudamericano solicitó la revisión del Acuerdo de Complementación Económica 55 (ACE 55), pues se sienten perjudicados.

El comercio en el sector automotor entre México y cada uno de los integrantes del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) está regido por el Acuerdo de Complementación Económica México-Mercosur 55 (ACE 55), firmado en el 2002 y en vigor desde el 2003. Con ese convenio, los automóviles comercializados entre México y Brasil no pagan aranceles desde el 2007.

El ACE 55 es un instrumento comercial que ha permitido que el comercio bilateral automotor de México y Brasil crezca de USD1.100 millones anuales a más de USD2.500 millones en el 2011. El acuerdo también ha logrado una mayor integración y complementación de la producción automotriz, que incluye importantes beneficios para el sector de las autopartes, en ambos países.

De acuerdo con el país sudamericano, existe un creciente déficit en el comercio de vehículos ligeros con México durante los últimos dos años, situación que contrasta con el notable superávit que tuvo Brasil durante los primeros seis años del acuerdo.

En el periodo 2003-2011, México alcanzó un déficit comercial acumulado con Brasil para los productos cubiertos en el ACE 55 cercano a USD10.000 millones.

El comercio bilateral total también ha sido superavitario para el país sudamericano. Del 2003 al 2011, México ha tenido un déficit total acumulado de USD22.000 millones con Brasil.

La industria mexicana, representada por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), la Industria Nacional de Autopartes y la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, ha expresado su total apoyo al Gobierno Federal en esta gestión y se mantiene atenta a los resultados de los próximos encuentros con las autoridades brasileñas.

Estadísticas de la AMIA revelan que EE UU es el destino más importante para las exportaciones nacionales. El año pasado absorbió más de la mitad de la producción automotriz mexicana con el récord de 1.362.000 unidades. Le sigue el territorio latinoamericano con 321.800, mientras que en tercer lugar su ubica Europa con 220.788.

Desde la firma del ACE 55, Brasil se ha fijado el objetivo de llegar a un tratado global de intercambio comercial con México en todos los sectores. Por ello es que ante el creciente déficit en el comercio de vehículos, las autoridades brasileñas han mostrado su insatisfacción y han amenazado con romper el acuerdo.

La nueva política de la industria automotriz brasileña al renegociar el ACE 55 busca ofrecer incentivos fiscales a las ensambladoras para hacer crecer y redirigir las inversiones hacia su país.

De esta manera, Brasil pretende equilibrar el comercio incluyendo vehículos pesados en el acuerdo y exigiendo mayor contenido local en los autos importados de México, pues sospecha que un alto porcentaje de las piezas son de terceros países.

Las marcas involucradas en el comercio automotriz con Brasil son General Motors, Nissan, Volkswagen, Chrysler, Honda, Toyota y Mazda.

Pero directivos de la industria automotriz mexicana señalan que si se hace una suma acumulada entre las exportaciones e importaciones desde la entrada en vigencia del ACE 55, Brasil tendría un superávit de USD9.500 millones sobre las operaciones de México.

En la víspera, luego de las reuniones entre delegaciones de ambas naciones, Brasil se comprometió a mandar una carta formal el pasado viernes 17 de febrero, con sus peticiones respecto al cambio que quería realizar en el ACE 55. Sin embargo, a la fecha la Secretaría de Economía de México no ha recibido ninguna notificación. Tampoco la AMIA, que encabeza Eduardo Solís.

Las estrategias

"Cualquier posible modificación al ACE 55 tendrá que ser mutuamente satisfactoria, con el objetivo de incrementar el comercio bilateral", dijo la Secretaria de Economía tras una primera ronda de reuniones técnicas a comienzos de febrero.

Algunos analistas dicen que revisar el acuerdo no solucionará el problema de fondo que es la pérdida de competitividad de la industria brasileña.

"Brasil enfrenta un problema importante por la apreciación del real y eso afecta al sector industrial", dijo Sergio Gómez Lora, director de la consultora IQOM Inteligencia Comercial en la Ciudad de México. "No es un problema del sector automotor ni exclusivamente con México".

Héctor Moreno, analista del Tecnológico de Monterrey, señala que Brasil debe tener una visión más amplia de lo que es el comercio, en el que en ocasiones existe déficit y en otras, superávit. “No porque en este momento la balanza esté a favor de México tiene que cancelar los acuerdos en los que históricamente han tenido un superávit en el comercio con nuestro país”, dijo.

Destaca que Brasil está siendo estratégico al apretar el acuerdo y buscar modificarlo o cancelarlo, pero a lo único a lo que llevaría sería a afectar otros sectores dinámicos del comercio entre ambos países.
Juan Carlos Rivera, director del Departamento de Negocios Internacionales del Tecnológico de Monterrey, explica que la industria automotriz mexicana apuesta a la diversificación de mercados desde el 2008.

“Con la crisis económica aprendimos que no debemos poner todos los huevos en una sola canasta. El reto ahora es mirar a otras direcciones. Los mercados asiáticos son una alternativa que debe aprovecharse”.

César Roy, analista independiente del sector, asegura que esta es una decisión proteccionista, pues a todas luces Brasil ha metido una paliza a México en materia de comercio exterior y balanzas comerciales. Mientras esta nación ha enviado a México automóviles con un valor de USD10.259 millones en los últimos 10 años, ha recibido autos fabricados en territorio azteca solo por USD4.356 millones.

Destacó que desde el 2008, México ha reaccionado y ha exportado más automóviles, pero eso no le da derecho a fracturar el acuerdo. En su opinión, México debe negociar condiciones igualitarias para ambas naciones. “Si ellos quieren cobrar aranceles a la producción mexicana, nosotros debemos hacer los mismo con sus productos”.

¿Y el TLC?

Los roces sobre el acuerdo automotor dejaron en el limbo las negociaciones sobre un tratado de libre comercio entre Brasil y México, una idea acariciada por ambos países.

Los negocios entre Brasil y México se han triplicado en la última década hasta llegar a USD9.000 millones en el 2011, pero aún representan menos del 2% del comercio exterior de las dos naciones.

México está interesado en un tratado con el país sudamericano para reducir su exposición a la economía de EE UU, el mercado del 80% de sus exportaciones.

Pero el acuerdo de libre comercio chocó con la oposición de la industria mexicana, que teme ser sepultada por una avalancha de importaciones brasileñas. Y la disputa de los automóviles reforzó sus sospechas.

Importantes beneficios

Brasil se benefició del acuerdo comercial con México que hoy revisa, pues a partir de su firma, incrementó sus exportaciones automotrices considerablemente. Las estadísticas de la AMIA indican que en el 2003, cuando entró en vigor el ACE 55, Brasil exportó a México 98.111 vehículos, mientras que el país azteca solo le vendió 1.733 unidades.

En el 2002, un año antes de que en Brasil entrara al ACE 55, México tuvo un superávit en el sector automotor de 1.490 unidades, pero a partir de que Brasil ingresó al acuerdo, las cifras se invirtieron.

En el 2005 y el 2006, la industria mexicana sostuvo una balanza comercial deficitaria con Brasil que rondó más de 200.000 unidades.

Arturo Rangel, presidente del Comité de Comercio Exterior de la Industria Nacional de Autopartes (INA), explicó que cuando México firmó con los países sudamericanos el ACE 55, fue para apoyar sus economías. Brasil aprovechó al máximo este acuerdo para su beneficio.

Incluso cuando se dice preocupada por el saldo a favor de 80.915 unidades que tuvo México durante el 2011, su balanza comercial en componentes y partes para vehículos continua con récord histórico superavitario.

Según Arturo Rangel la preocupación que expresa hoy el país sudamericano sobre el ACE 55 es impulsiva, debido a que los resultados del último año se deben principalmente a la depreciación de su moneda.

Héctor Moreno, investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (Itesm), ejemplifica las acciones de Brasil como un jaque al rey en el juego de ajedrez, donde México debe hacer uso de sus piezas para salir airoso en la negociación.

Romper el acuerdo con México significaría que forzosamente el país tendría que revisar sus relaciones comerciales en otras industrias.

“México encontrará otros aliados en Brasil en el resto de exportadores que no son del sector automotor. Por ahí puede presionar”, subrayó.

Signos de interrogación

Con negocios por miles de millones de dólares en juego, México envió a Brasilia – los últimos días de febrero- a un equipo de negociadores de alto perfil encabezado por el secretario de Economía, Bruno Ferrari, y la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa.

Sobre la mesa los esperaba una propuesta brasileña de fijar "cuotas flexibles" para la importación de autos mexicanos, incorporar los vehículos pesados al acuerdo y aumentar el contenido de origen en los vehículos importados.

Los funcionarios mexicanos señalaron que la intención era crear un sistema moderno y abierto, pero lamentablemente Brasil iba en sentido contrario.

Y aunque el clima que se respiraba en Brasilia al final de la jornada era más distendido, el portavoz de la cancillería advirtió que todavía podría haber sorpresas.

"No descartamos ninguno de los elementos en el acuerdo, que prevé varias cosas: la posibilidad de revisión y también la posibilidad de renuncia. Nuestras expectativas son reservadas. Hasta el momento hay mucha incertidumbre: que si van a hablar de los camiones, que si las reglas de origen, que si ahora quieren cuotas. Todo eso nos genera un gran signo de interrogación", dijo.

Analiza Mazda reducir exportaciones a Brasil

Aunque el mercado brasileño es importante para Mazda Motor de México, de modificarse el ACE 55 con esa nación, la automotriz buscaría diversificar su producción en otras zonas del mundo.

La compañía en México tiene previsto iniciar la operación de su fábrica de autos durante el año fiscal (de Japón) 2013 y cuya producción estaría dirigida a los mercados local e internacional, entre ellos el de Brasil.

En este momento, Mazda Motor de México está ocupada en la construcción de su planta de vehículos en Salamanca, Guanajuato, para la cual se anunció una inversión de USD500 millones y mientras no inicie la producción, la armadora tiene tiempo para planear sus exportaciones.

En este sentido, el presidente de Mazda Motor de México, Leopoldo Orellana, dijo que dada la inversión anunciada por la compañía para la planta que construirá el Mazda2 y Mazda3, se tiene como enfoque el mercado doméstico y el de Centro y Sudamérica.

"La postura de la empresa es la de continuar con el acuerdo, mientras esté vigente, ya que dentro de dicho marco fue que se determinó realizar la inversión en el país, lo cual, sin embargo, podría tener algunos ajustes en la medida en que se desarrolle la relación".