Continúan los problemas en Puerto Cabello
Venezuela pierde fluidez en las importaciones
A raiz de las miles de toneladas de alimentos encontradas en estado de descomposición, los puertos venezolanos han perdido parte de las importaciones que recibían o esperaban recibir.
Desde hace algunas semanas, en Venezuela, se han encontrado toneladas de alimentos descompuestos en importantes puertos del país entre esos, Puerto Cabello, ubicado en el estado Carabobo.
Entre los alimentos había aceite, azúcar, pasta, carne y leche. Según el diario El Nacional, serían hasta ahora más de 122.000 toneladas de comida en mal estado en varios puertos y depósitos del país.
Esta situación no es nueva en Venezuela. Desde el 2009 comenzaron a presentarse situaciones irregulares con la recepción de alimentos en los puertos. El hecho que se puede destacar, es el hundimiento del buque Spiridon, después de esperar varios días en la bahía de Puerto Cabello para descargar 1.770 toriles, que terminaron sacrificados en medio del mar.
Otro caso similar se presentó con una mercancía importada por Bariven, filial de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), que logró ingresar a territorio venezolano. Todas las empresas náuticas que estaban encargadas del traslado de la mercancía ya habían solicitado que fueran retirados los contenedores que hacían vida en los puertos de La Guaira y Puerto Cabello para garantizar los puntos de refrigeración. Esta situación no fue solventada, y ante la ausencia de una solución tomaron la decisión de llevar la mercancía a terminales foráneos.
La mercancía, que eran alimentos perecederos para ser distribuidos en locales de Pdval, fue importada en el segundo semestre del año 2008. Según informe de una consultora especializada, la mercancía no se pudo desembarcar en Venezuela y tuvo que desviarse, en diciembre de ese año, a los puertos de Kingston, Caucedo, Cartagena, Panamá, Freeport y Puerto España.
La decisión del traslado de estos contenedores fue notificada a Bariven; allí se aseguraba que el traslado de la mercancía a otros puertos del Caribe se debía a la situación irregular en Puerto Cabello y La Guaira.
El congestionamiento de Puerto Cabello, además de obligar el traslado de la mercancía a otros terminales, hizo que el Ejecutivo a enviara 5.000 contenedores con alimentos a Cuba, en el primer semestre del 2009, para evitar que llegaran a descomponerse.
La naviera Cubeline Co Ltd. realizo una comunicación en noviembre del 2008, donde la empresa Zim Korea advertía que Puerto Cabello y La Guaira estaban severamente congestionados. El documento señalaba que "las razones son varias y tienen que ver con las restricciones monetarias y la poca habilidad de algunos consignatarios para evacuar rápidamente la carga antes de la llegada de una nueva".
La misma compañía afirmó que el Gobierno venezolano contribuyó con la situación, en parte, por concentrar su atención en las elecciones regionales. Esto forzó a la naviera a mantener la carga en Jamaica para prevenir el colapso total.
A comienzos del 2009, Globalports –revista electrónica dedicada al área de puertos, vías navegables, transporte modal y comercio exterior- publicó: "el congestionamiento de los puertos venezolanos se ha intensificado. Los escalafones del comercio internacional han excedido su capacidad operativa. Las importaciones se han multiplicado manteniendo la misma estructura y los retrasos y gastos generados van directo al precio final de los productos".
El informe aseguraba que los contenedores, con alimentos perecederos, comenzaron a llegar al país desde los puertos de trasbordo después de marzo del 2009.
Antonio Landaeta, primer vicepresidente de Fedecámaras en el estado Carabobo, declaró que en el momento que la mercancía es embarcada en su lugar de origen, el importador va recibiendo notificaciones sobre su ubicación y en cuánto tiempo llegará al puerto. "Cuando a un importador le montan su carga en el buque, sabe en qué barco viene. Le suministra a su agente aduanal los datos y documentos para que apenas llegue se haga la nacionalización".
Esta información muestra que Bariven y Pdval, filiales de Pdvsa, estaban informados sobre el estatus de los contenedores con alimentos, incluso cuando esperaban en otros terminales marítimos del Caribe para ser trasladada a Puerto Cabello o a La Guaira, según Landaeta.
Actualmente, los contenedores que van a ser descargados en puertos venezolanos deben esperar has 25 días para poder hacerlo y 16 para lograr nacionalizar la mercancía. Si se hace una simple comparación, en una hora se descargan 44 contenedores en Cartagena, en Puerto Cabello, solo ocho.
Son muchos quienes acusan al gobierno nacional de las pérdidas de los alimentos. Aseguran que Pdvsa y su empresa filial Pdval son los responsables de las más de 100.000 toneladas de alimentos descompuestos.
Tal es el caso de la diputada del partido opositor al gobierno Proyecto Venezuela, Neidy Rosal, quien asegura que Pdvsa y su filial Pdval realizaron compras exageradas de alimentos, con fechas cercanas al vencimiento. También acusa a Bolipuertos, por la tardanza en los procesos internos e incluso a la Contraloría Sanitaria del Ministerio de Salud, que no verificó las condiciones de los alimentos.
Por su parte, Rafael Ramírez, ministro de Petróleos y presidente de Pdvsa, admitió que “en Puerto Cabello hay 30.000 toneladas de alimentos no conformes”, y afirmó que solo se encontraron alimentos descompuestos en ese estado y no en varios puntos del territorio nacional como muchos aseguran.
Diputados opositores, entre ellos Pablo Medina representante de Democracia Renovadora, exigieron a la Fiscalía el resguardo de los bienes de la República, solicitando el embargo de los bienes de todos los involucrados. A la fecha, se encuentra detenido el ex presidente de Pdval, Enrique Pulido.
Pdval fue un ente gubernamental creado a comienzos del 2008 para importar alimentos con la finalidad de cubrir el abastecimiento periódico de productos para cubrir el desabastecimiento que enfrenta el mercado venezolano. Se encargaba de importaba y distribuir alimentos a precios subsidiados en un país donde la inflación ronda el 30% anual.