Economía
Venezuela enfrenta un incierto panorama económico
El presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela, Pedro Palma, habló en exclusiva con Legiscomex.com sobre la incierta situación económica que vive su país y que lo coloca como el único de Latinoamérica que acumulará dos años consecutivos de recesión al término del 2010.
A principios de octubre, el ministro del Poder Popular de Planificación y Finanzas de Venezuela, Jorge Giordani, presentó como un logro que la inflación acumulada entre enero y septiembre de este año hubiera llegado a 21,2%. El ministro, a quien se considera el economista favorito del presidente Hugo Chávez, aclaró que el logro fue haber contenido la inflación pues analistas de la oposición habían vaticinado que ese indicador llegaría al 35% ó 40% al término del año y no será así.
De cualquier forma, Venezuela será en el 2010, por séptimo año consecutivo, el país con la mayor inflación en Latinoamérica y el único, junto con Haití ―azotado por un devastador terremoto en enero pasado―, que registrará una contracción económica.
La agencia clasificadora Moody’s proyecta que la economía venezolana retrocederá en un 4,5% este año, mientras que la Comisión Económica para Latinoamérica y El Caribe (Cepal) maneja una cifra un poco menos pesimista y estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de este país caerá un 3%.
El presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela, Pedro Palma, afirmó en entrevista con Legiscomex.com que la política económica desarrollada por el Gobierno de Hugo Chávez, quien asumió el poder en febrero de 1999, está llevando al país a una “situación sumamente crítica”.
Palma, quien tiene una maestría en Administración de Negocios (MBA) y un doctorado en Economía en la Escuela Wharton de la Universidad de Pennsylvania, en EE UU, sostiene que en Venezuela se conjugan recesión, alta inflación, falta de inversión privada, caída de la producción, desempleo y una alarmante escases de divisas y de insumos industriales, a pesar de que los precios internacionales de petróleo, que aporta el 95% de las exportaciones del país, se encuentran en su máximo nivel histórico, con excepción del 2008.
El experto venezolano, quien cursó su licenciatura en economía de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Caracas y es socio fundador de la consultoría privada Metro Económica, señala que su país vive un incierto panorama económico que puede agravarse de una forma considerable en el futuro.
“Esta es una política económica (la del presidente Chávez) que no nos lleva a otro lugar distinto a una situación realmente crítica. Venezuela es el único país exportador de petróleo que está en contracción económica en el presente año”, indica.
De acuerdo con Palma, las políticas de Chávez han incrementado la dependencia del país en el petróleo al asfixiar al aparato productivo privado con sobrerregulaciones, expropiaciones de todo tipo de empresas y acoso permanente a las actividades productivas particulares por parte del Estado.
“Tenemos controles absurdos no solamente de precios, sino también de los volúmenes de producción de las empresas, controles de distribución, las empresas no son libres de distribuir sus productos en el territorio nacional de acuerdo a sus propios criterios, sino que es de acuerdo a lo que les dice el Gobierno. Entonces es un ambiente muy poco propicio para todo lo que es la actividad económica privada y así quién va a invertir en este país. Hay un aumento cada vez mayor de la dependencia estatal”, señala.
Según estimaciones de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), el Gobierno de Chávez ha ejecutado más de mil expropiaciones de terrenos y empresas, de las cuales 195 han ocurrido en el transcurso de este año, como fue el caso de la firma agroindustrial Agroisleña, la productora de lubricantes Venoco y el consorcio de fertilizantes Fertinitro.
Palma sostiene que el proceso de expropiaciones ha llevado a destruir en parte el aparato productivo del país, pues las empresas confiscadas han sido “pésimamente manejadas” por el Estado.
“Carecen de inversión, tienen un nulo mantenimiento, los equipos se deterioran y acaban disminuyendo de manera bastante importante su producción, como fue el caso de las cementeras expropiadas (Cemex, Lafarge y Holcim), y hoy escasea el cemento, y lo mismo sucedió con la estatización de la principal industria siderúrgica del país (Sidor), que bajó los niveles de producción en una forma estrepitosa y hoy en día hay escasez de cabilla (barras de hierro) y de otros productos de acero en el mercado”, indica.
El presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela señala que un caso dramático es el de los sectores agropecuario, agrícola y agroindustrial, que ante la seguidilla de expropiaciones y de malos manejos de las empresas confiscadas han visto cómo se desploma su producción, lo que ha provocado alzas desmesuradas en los precios de los alimentos, de entre el 40% y 80% en el último año.
“Eso ha afectado notablemente al segmento de la población de más bajos ingresos, que es el que sufre la mayor inflación en Venezuela, muy superior a la que está sufriendo el segmento de más altos ingresos, de acuerdo a lo que reporta el Banco Central”, asevera Palma al cuestionar la orientación social de la política económica de Chávez, ya que está provocando un efecto contrario al que dice buscar, pues la pobreza crece con la inflación y con el alza de los alimentos.
Como resultado del hostigamiento gubernamental a la actividad privada, la inversión en Venezuela es inexistente e, incluso, negativa, pues en el 2009 salieron USD4.939 millones en inversiones extranjeras, lo que convirtió a este país en el único en Latinoamérica en tener un saldo deficitario en Inversión Extranjera Directa (IED), de acuerdo con estadísticas de la Cepal.
El organismo señaló que en el rubro de transferencia neta de recursos, Venezuela también registró el año anterior un saldo negativo que llegó a USD22.012 millones, cifra que fue, por mucho, la más alta de la región, lo que indica que en este país los capitales huyen en vez de llegar.
Ante el notable descenso de la actividad privada, casi todo el desarrollo económico del país ha pasado a depender del petróleo, mientras que al desplomarse la producción interna, casi todo debe importarse en mayor o en menor grado, desde los alimentos hasta los insumos industriales, pasando por la gasolina.
El problema es que las divisas comenzaron a escasear porque las exportaciones petroleras resultan insuficientes para soportar todo el peso económico que ha recaído sobre ellas. Es decir, el petróleo venezolano cada vez resulta más insuficiente para hacerse cargo de toda la economía del país. Y esto ocurre a pesar de que este año el precio promedio del barril de crudo venezolano de exportación se ha ubicado a USD69,76 en promedio, el más alto de la historia luego del 2008, cuando se ubicó en USD86,81 en medio de la bonanza económica global.
De acuerdo con estadísticas del Banco Central de Venezuela (BCV), durante el primer semestre de este año las exportaciones del país llegaron a USD32.504 millones, cifra superior en 33,21% a la registrada en el mismo periodo del 2009. En contraste, según la institución, las importaciones cayeron durante el mismo lapso en 17,4%, pues se ubicaron en USD19.238 millones, contra USD23.318 millones, entre enero y junio del 2009.
Palma explica que las compras internacionales cayeron por la falta de divisas para importar todos los bienes, productos, insumos y servicios que requiere la economía, que cada vez es más dependiente del exterior ante la debacle del aparato productivo.
El presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas señala que en el mercado de divisas prevalece una alta distorsión por el control cambiario impuesto por el Gobierno y por los diferentes tipos de cambio: el preferencial del mercado oficial, en el que el dólar se cotiza a BsF2,60; el normal, también del mercado oficial, donde está a BsF4,30, y el del “mercado negro”, donde la moneda estadounidense puede llegar a BsF8,50 y es al que tienen que recurrir muchos particulares para comprar divisas.
Palma explica que otra distorsión económica es la que produce el monopolio petrolero estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), “que insiste en reportar unos volúmenes de exportación de 2,5 y 2,7 millones de barriles al día, cuando todos los expertos y todas las fuentes internacionales, incluyendo a la OPEP, reportan que Pdvsa está exportando mucho menos de lo que dice, alrededor de 1,6 millones de barriles diarios”.
“Entonces, obviamente, el Banco Central toma como válidas las cifras que le reporta Pdvsa, que infla los niveles de exportación, y eso, combinado con una caída de las importaciones, genera un superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos muy amplio, muy importante, que no se está dando en realidad”, señala el experto.
Sostiene que en vista de que el BCV tiene menos divisas de las dice tener por el sobredimensionamiento de las exportaciones petroleras, el banco emisor se ha visto obligado a compensar la falta de dólares para las importaciones a través de emisión de nueva deuda.
“Estamos cayendo en un absurdo en el que el Gobierno se está endeudando en divisas para alimentar un mercado cada vez más precario, porque insiste en mantener unos tipos de cambio artificialmente bajos que llevan a una situación de apreciación real de la moneda muy importante, y que al hacer barato el dólar a cualquier comprador, pues no importa cuánto ofrezcan a ese precio, siempre será superior la demanda para esos dólares y prácticamente va a haber una demanda insatisfecha permanente en la medida en que este sistema se mantenga. En consecuencia, va a ser muy difícil, por no decir imposible, a la larga, poder mantener ese mercado cambiario alimentado con nuevo endeudamiento”, señala Palma.
El economista asevera que esto le está costando a Venezuela miles de millones de dólares ya que, además, el país tiene una percepción de altísimo riesgo en los mercados financieros internacionales y eso hace que sea exorbitantemente alto el costo financiero en que tiene que incurrir el Gobierno, que ofrece por sus bonos rendimientos de 12,75 puntos porcentuales, cuando las tasas de interés en el mundo están en el piso.
De acuerdo con datos oficiales, la deuda externa de Venezuela asciende a USD64.115 millones, pero Palma advierte que en esa cifra no se incluyen otros compromisos externos muy importantes del Gobierno, entre ellos los adeudos de la estatal Pdvsa a sus proveedores, las obligaciones con empresas que han sido estatizadas pero aún no se han pagado a sus dueños originales, y en tercer lugar compromisos financieros contraídos con China, por unos USD18.000 millones en aportes y otros USD70.000 millones para comprar productos chinos, que serán pagados con petróleo.
“Obviamente, esto no significa otra cosa que una hipoteca de los ingresos futuros que se obtengan del negocio petrolero, entre otras cosas porque aquí en Venezuela no se están haciendo verdaderos esfuerzos por incrementar la capacidad de producción petrolera en los años inmediatamente futuros, y por lo tanto, al destinar cada vez un mayor porcentaje de la producción al pago de esos compromisos que se están contrayendo con China, pues eso implica obviamente menores volúmenes de exportación en el futuro”, explica.
Para Palma, otro hecho muy preocupante son las modificaciones que se han realizado a la ley del Banco Central para permitirle financiar gasto público “de forma ilimitada e irrestricta, si así lo desea el Gobierno”.
Señala que el Banco Central prácticamente está obligado a comprar obligaciones del sector público para financiar el gasto deficitario y a adquirir obligaciones emitidas por cualquier ente público, con la finalidad de captar fondos para financiar proyectos prioritarios para el Gobierno.
“Eso da un amplísimo margen de financiamiento, pero no solamente eso, sino que se están creando una serie de organizaciones en este ámbito del Socialismo del Siglo XXI (el proyecto político que impulsa Chávez), con comunas, empresas de propiedad socialista y unidades de propiedad ‘social’, muchas de las cuales son expropiadas al sector privado. Son organizaciones que no van a poder generar una fuente de ingresos importantes en su operación regular y por lo tanto no pueden obtener financiamiento bancario”, afirma el economista.
Dice que, sin embargo, se está modificando la ley que rige al sistema financiero para hacer que la banca privada financie las operaciones de estas organizaciones de carácter socialista y “obviamente, en la medida en que esto prolifere, esa cartera de créditos del sistema bancario va a ser de muy poca solidez, va a haber una altísima mora en los pagos de esa cartera”.
“Pero con las modificaciones a la ley del Banco Central, toda esa mala cartera generada por el financiamiento de estas organizaciones socialistas, los bancos se la pueden entregar al Banco Central y por lo tanto será el Banco Central el prestamista de última instancia, el que asumirá esa deuda”, explica Palma.
“Lo que estamos haciendo es poner al Banco Central a financiar cualquier cosa y en la cantidad irrestricta que se le ocurra al Gobierno. Y eso es algo sumamente peligroso porque el petróleo no alcanza para todo esto, porque se genera cada vez más deuda pública y porque, si hay algo que se ha aprendido históricamente en Latinoamérica, es que cuando se pone a los bancos centrales a financiar gasto público deficitario en forma irrestricta se generan procesos de presiones inflacionarias galopantes”, señala.
Para Palma, el mal manejo económico ha llevado a una caída de la popularidad del presidente Chávez (que pasó del 53% al 46% en los últimos dos años) y un repunte del voto opositor.
En los comicios legislativos del pasado 26 de septiembre, la oposición obtuvo el 52% de los sufragios, contra el 48% para los candidatos del presidente, a pesar de lo cual Chávez tendrá más diputados debido a las reformas a la ley electoral que hicieron que los distritos donde el gobernante tiene más respaldo generen más diputados.
“Pero hay un deterioro político del presidente y esto es producto, sin duda alguna, de ese deterioro económico, lo que pudiera tener un efecto en las elecciones presidenciales del 2012 (en las que Chávez buscará una nueva reelección)”, concluye Palma.