Apuesta por la agricultura de exportación
Tomate orgánico crece en el desierto mexicano para el consumo de lujo en EE UU
El tomate orgánico, un producto de lujo en el mercado de los vegetales estadounidense, crece en condiciones difíciles en extensas áreas semidesérticas en el noroeste de México, pero no se consume en el país que los cosecha.
En el largo territorio que forman los estados de Baja California y Baja California Sur se extienden cientos de plantaciones de frutas y verduras orgánicas exclusivamente dedicadas a atender a los consumidores de EE UU en temporada invernal, cuando los agricultores de ese país no pueden cosechar por las inclemencias del tiempo.
Durante el invierno, solo el estado de Florida (EE UU) produce tomates en esta temporada sin satisfacer, generalmente, la demanda interna.
Haim Ram, de 63 años, un israelí propietario de la compañía de tomates Ram's Farm en la población de Trinidad, ubicada en el municipio de El Carrizal, en Baja California Sur, explicó que los agricultores de la zona plantan tradicionalmente en septiembre y empiezan a cosechar a final de noviembre.
Los productores recogen el fruto hasta julio y después invierten agosto y parte de septiembre limpiando y fertilizando los cultivos, con lo que de paso evitan la peor parte de la temporada de huracanes.
Ram's Farm ocupa doce hectáreas, al año produce unas 150.000 cajas de tomate de entre 5 kilogramos y 10 kilogramos cada una, dependiendo del tipo de producto, y emplea a 50 personas.
Como la mayoría de sus competidores en México, la compañía se enfoca en el tomate, el fruto más vendido y consumido en el mundo, del que produce siete variedades diferentes.
Los frutos de esta empresa crecen en medio de la arena y los cactus del semidesierto mexicano, guarecidos del sol bajo una serie de carpas y alimentados con tecnología de riego por goteo.
Al ser una plantación orgánica, el cultivo no emplea fertilizantes ni pesticidas químicos, con los que se acelera el crecimiento de los tomates, ni semillas híbridas que permitan mayor rendimiento.
"Los tomates convencionales son muy lindos pero no son tan saludables, porque diluyen las vitaminas y las cosas buenas de la fruta", dijo.
Ram, ex asesor de nutrición de plantas para el Banco Mundial en Latinoamérica, explicó que si bien los productos orgánicos son apenas el 2% del mercado total agrícola estadounidense, los mexicanos han logrado buscar su nicho, su rincón, con un producto orgánico difícil de cultivar".
Un cultivo de tomate orgánico produce la mitad que uno convencional, plantarlo cuesta más del doble, y una libra de fruta se vende en EE UU a unos USD5, destacó.
"Yo soy productor orgánico porque el producto no solo es saludable, sino también más rentable y la planta es más resistente y se enferma menos", indicó el israelí, que vive en México hace 15 años.
Sostuvo, que la planta convencional crece rápido pero se enferma mucho, por eso necesita mucha fumigación.
Tomates en cifras