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La normativa europea varía constantemente en límites de residuos de plaguicidas

Fortalecimiento de los sistemas sanitarios en la CAN: un medio para facilitar el comercio regional en los mercados internacionales

La experiencia y la capacitación del personal colombiano y peruano en análisis de riesgo de plagas son algunos de los aspectos valorados por Ecuador y Bolivia. Los organismos sanitarios de la región requieren ajustes para ser más competitivos.

Por: Legiscomex.com

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Mayores exigencias en análisis de riesgos de plagas, en límites máximos de residuos de plaguicidas y en inocuidad alimentaria hacen parte de los requerimientos que deben tener en cuenta los organismos sanitarios de la Región Andina y el sector privado, quienes están obligados a ajustarse a los cambios que determina el comercio internacional, bien sea motivados por la firma de los tratados de libre comercio (TLC) o, simplemente, por el interés de acceder a nuevos mercados.

La enfermedad de las cerezas del café (CBD, por su sigla en inglés), el ingreso de moscas de las frutas y el gorgojo capra, una plaga que ataca a los granos almacenados, son algunos de los riesgos en sanidad vegetal de la CAN.

También, están enfermedades como la fiebre aftosa, la peste porcina clásica, rabia bovina y aviares como el newscasttle y la influenza aviar en materia zoosanitaria.

“Los límites máximos de residuos de plaguicidas son la actual barrera que está frenando las exportaciones de mercado. Además, la Unión Europea (UE) está emitiendo constantemente normas con relación a este tema”, dice el encargado de registros de plaguicidas del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria (Senasag) , de Bolivia, Rohnie Scott.

En este sentido, se requiere de entidades modernas y fuertes para enfrentar los nuevos requerimientos de mercados como el estadounidense, el europeo o el chino. No obstante, romper las barreras sanitarias y fitosanitarias debe ser un trabajo coordinado entre los organismos encargados de regular estos temas y el sector privado.

De esta forma, los industriales están obligados a prepararse mejor en registro y supervisión de fincas y en certificaciones internacionales como las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), ganaderas, veterinarias e higiénicas, así como en análisis de riesgos y control de puntos críticos (HACCP).

“Los empresarios tienen un papel clave porque la normativa se está acomodando en esa dirección. Además, la Unión Europea (UE) se está enfocando en inocuidad y en residuos de plaguicidas, al igual que muchos países con los que se pretende firmar protocolos”, destaca el coordinador del grupo de prevención de riesgos fitosanitarios del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), Jaime Cárdenas.

De acuerdo con el documento del Consejo de Política y Social (Conpes) 3375 titulado “Política nacional de sanidad agropecuaria e inocuidad de alimentos para el sistema de medidas sanitarias y fitosanitarias”, la calidad, ampliación, control y credibilidad de los sistemas sanitarios hacen parte de las tendencias en el mundo. También, trabajar con sistemas preventivos como la trazablidad y HACCP.

Según este documento en análisis de riesgo de plagas se deben tener en cuenta las siguientes etapas:

  • Evaluación del riesgo: desarrollar investigaciones, consultar a expertos internacionales, usar modelos estadísticos y realizar valoraciones del impacto socioeconómico y productivo de las plagas es fundamental para tomar decisiones acertadas.

  • Gestión del riesgo: es la ponderación de las distintas políticas, regulaciones y procedimientos que permiten emitir medidas, adoptar acciones de control y preventivas.

  • Comunicación del riesgo: son las actividades de consulta y notificación nacional e internacional que se efectúan cuando se expide una medida sanitaria o fitosanitaria. También, las estrategias de comunicación y educación orientadas a todos los actores de la cadena.

  • Colombia y Perú son modelos en la CAN

    Los sistemas sanitarios colombianos y peruanos son reconocidos por la Comunidad Andina de Naciones (CAN) como los que presentan un mayor avance y los más competitivos de la región.

    Colombia definió un plan de adecuación y fortalecimiento institucional del sistema de medidas sanitarias y fitosanitarias (MSF), mediante la coordinación interinstitucional, intersectorial, el cual está especificado en el Conpes 3375.

    Así mismo, la ampliación de la cobertura y el fortalecimiento de las autoridades nacionales como los Ministerios de Agricultura y Desarrollo Rural; Protección Social; Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial; Comercio, Industria y Turismo, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica).

    “Hay que mejorar en capacidad operativa, técnica y científica, es decir, contar con una buena infraestructura, nuevos equipos, métodos científicos, técnicas de laboratorio y en el acceso a base de datos y la información de Internet", asegura Cárdenas.

    De igual manera son necesarios ajustes a la normativa en las directrices de los organismos internacionales de referencia que son el Codex Alimentarius, la Organización de Sanidad Animal (OIE, por su sigla en inglés) y la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CNPF).

    “La conectividad del sistema sanitario con puertos, aeropuertos, pasos de frontera, la ventanilla única de comercio exterior (VUCE) y la inspección simultánea es otro de los temas en los que se está avanzando”, agrega Cárdenas.

    La firma de protocolos con otros países es otro de los ejes de acción. En esta línea, se están explorando protocolos para el mercado chino en productos como tabaco, carne bovina y porcina.

    A su vez, conviene destacar la labor del Centro de Excelencia Fitosanitaria (CEF), que se encarga de realizar los análisis de plagas de productos agrícolas con los que se quiere acceder a EE UU. Este centro logró la admisibilidad de la uchuva y la pitahaya. Actualmente, los esfuerzos se concentran en productos como la feijoa, el lulo, la granadilla, el tómate de árbol y el de mesa, entre otros.

    Mientras que el sistema sanitario peruano inició su proceso de fortalecimiento hace 10 años al mejorar su infraestructura de laboratorios, puestos de control y capacitación de los profesionales en áreas como análisis de riesgo y tratamientos cuarentenarios.

    En este procesó se contó con asesoría del Aphis, los Gobiernos de Nueva Zelanda, Australia, México y Chile. A su vez, se ha mantenido un permanente diálogo con el Gobierno colombiano.

    “Exportamos a Europa productos como páprika, espárragos. Así mismo, en Tailandia tenemos un tratado de comercio prácticamente firmado y estamos intercambiando las listas para ingresar a ese mercado”, asegura la especialista de la dirección de defensa fitosanitaria del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), Dora Pariona.

    En consecuencia, los organismos sanitarios de los países andinos deben unirse y enfrentar junto con el sector privado las barreras sanitarias y fitosanitarias, para lograr objetivos comunes como ser más competitivos y adaptarse a las exigencias, cada vez mayores, de mercados internacionales.