Economía/Elecciones
Salta gasto público venezolano a USD100.000 millones por comicios
Los venezolanos acudirán a las urnas el 7 de octubre y el gobierno de Hugo Chávez, quien busca su relección, disparó el gasto público a niveles históricos como parte de una estrategia que opositores y analistas denominan “clientelismo electoral” y voceros oficiales la catalogan como “política social”.
El economista venezolano Miguel Ángel Santos estima que el gasto público del país llegará este año a unos USD100.000 millones, una cifra record que representa un salto del 21% con respecto al 2011 y que llevará el déficit del sector público consolidado a una suma equivalente a entre 16 y 18 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) al término del 2012.
“Esto es un uso grotesco de recursos públicos con fines electorales. Estas elecciones(en la que el presidente Hugo Chávez enfrentará al opositor Henrique Capriles en busca de su relección) son una batalla de David contra Goliat en la que el Gobierno está utilizando de manera indiscriminada el gasto público para obtener una ventaja”, afirma Santos en entrevista con Legiscomex.com.
El profesor del Centro de Finanzas del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA) de Venezuela, un maestro en Finanzas por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y en Ciencias Económicas por la Universidad de Londres, señala que el gasto público del Gobierno –que en el presupuesto de este año se había establecido en USD69.263 millones—registró a lo largo del año un incremento de tal magnitud, en medio de la contienda electoral, que al finalizar el 2012 será equivalente a más de un tercio del Producto Interno Bruto (PIB).
Santos, integrante del equipo económico de Henrique Capriles, sostuvo que “el tremendo salto en términos reales que ha pegado el gasto público este año es muy importante porque el Gobierno echar mano de estos recursos para hacer clientelismo electoral, como lo ha hecho siempre”.
Recordó que en el 2006, año de elecciones presidenciales en las cuales Chávez logró reelegirse, el gasto público registró un incremento de 48,9% con respecto al 2005, y en el referendo revocatorio del 2004 –cuando el presidente debió someterse al voto popular para mantenerse en el cargo— el incremento del gasto fue del 23,4% con relación al 2003.
De acuerdo con el economista del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Tony Boza, los críticos del elevado gasto público “son los mismos neoliberales de siempre que consideran excesivos los gastos sociales y consideran perjudicial para la economía y para sus intereses la intervención del Estado en la economía. Lo que aquí hace el Gobierno de Chávez con el gasto público es política social y lo que quisiera la oposición es que esos recursos, en vez de ir a los pobres, vayan a las grandes empresas”.
Para millones de venezolanos empobrecidos las políticas sociales del Gobierno del presidente Hugo Chávez son un logro de la Revolución del Siglo XXI que desarrolla el gobernante y un alivio para las precarias condiciones en que han que han vivido.
"Antes de Chávez no teníamos nada. Aquí mucha gente que se moría de mengua (de abandono) porque no podía ir a un hospital, pero las Misiones (programas sociales del gobierno) han cambiado todo eso, hay educación, hay salud, tenemos qué comer", dice la señora Rosa Contreras, una habitante del Barrio 23 de Enero de Caracas, una zona popular considerada un bastión electoral del gobernante venezolano.
A juicio del director del Centro de Investigaciones Populares de Venezuela, Alejandro Moreno, la política social del gobierno “es un subsidio que no transforma las condiciones de pobreza en que viven los venezolanos, sino que atenúa sus penurias mediante un aumento del consumo que es momentáneo, que no es sostenible en el tiempo. Eso se llama clientelismo electoral y el gobierno se puede dar el lujo hacer esto mientras haya petróleo”.
El Gobierno de Chávez se ha visto beneficiado este año por el incremento en el precio internacional del petróleo, que hasta septiembre ha alcanzado un promedio de USD105,37 por barril, un monto sin precedente que es incluso superior al del 2008, cuando se ubicó en USD94,00 tras alcanzar máximos cercanos a USD150,00.
El presupuesto público de este año estimó en USD50,00 el precio del barril de petróleo, la mitad de la cotización que ha alcanzado, lo que ha dado al Gobierno cierta holgura para incrementar el gasto en la coyuntura electoral en un país en el cual el 11% del PIB lo genera en forma directa la actividad petrolera y en el que el que el 95,9% de sus exportaciones proviene de ese hidrocarburo.
Para Santos, las necesidades político-clientelares de Chávez son una suerte de barril sin fondo en la que ningún recurso, por cuantioso que sea, termina por alcanzar. En los hechos, la bonanza petrolera ha sido insuficiente para financiar los requerimientos presupuestales del año electoral e incrementar el consumo, por lo cual el Gobierno ha debido recurrir a un “endeudamiento salvaje que compromete al país”.
“La irresponsabilidad del gobierno es tal, que el tesoro público ha sido puesto al servicio del candidato oficial con una política de traspasos indiscriminados desde el BCV (Banco Central de Venezuela) y PDVSA (Petróleos de Venezuela)al Fonden (Fondo de Desarrollo Nacional), que ha alcanzado en los últimos años USD95.550 millones, lo que redujo las reservas internacionales a su mínima expresión”, sostuvo el economista.
Dijo que el déficit de entre el 16% y el 18% en que cerrará este año por el elevado gasto público será financiado por una combinación de deuda interna y deuda externa cuyos montos “son injustificables para un país con esta riqueza natural”.
Según datos del BCV, la deuda pública externa se ha incrementado en un 147,2% desde el 2006 hasta el primer semestre este año y solo entre enero y junio pasados aumentó en USD12.031millones, mientras que la deuda interna registró un alza de 496,2% en el mismo periodo y llegó a 216.028 bolívares (BsF), equivalentes a USD50.239 millones al tipo de cambio oficial.
La suma de las deudas interna y externa (USD110.588 millones hasta junio pasado) representa el 48,3% del PIB estimado para este año, aunque Santos sostiene que “el endeudamiento no es malo per sé; lo importante es lo que se hace con el dinero, y aquí el Gobierno usa la deuda para gasto corriente y aumenta el consumo vía importaciones. No es inversión y no se está aumentando la capacidad de pago a futuro ni ha subido la producción petrolera (de 2,2 millones de barriles diarios), por lo que son recursos que se están dilapidando con propósitos político-electorales”.
El director de la consultoría Econométrica, Angel García Banchs, señala que el nivel de gasto público es un factor que incide de manera determinante en los índices de popularidad del presidente porque en este país esa herramienta de política económica no canaliza a inversión, sino que se orienta de manera directa a fomentar el consumo de los hogares. “Esto significa satisfacción de necesidades, gustos, placeres y preferencias, y eso se traduce en votos. En el caso venezolano,una parte significativa del consumo,alrededor de un 25%, no es satisfecho por el producto de la economía nacional, sino por la renta externa petroleray el endeudamiento en divisas”, asevera.
De acuerdo con Santos, “aquí lo que hay es un sistema de transferencia del gobierno a la población para aumentar el consumo y hacer un chantaje electoral en el que te obligan asistir a las marchas y a las concentraciones del gobierno, y esa estructura a nivel micro está muy desarrollada,es muy clientelar y con eso es contra lo que estamos luchando en estos momentos”.
El ministro venezolano de Economía y Finanzas, Jorge Giordani, es un enconado defensor del gasto público como punta de lanza de la política social, motor de la economía y detonante de la creación de empleo en un país donde la cifra oficial de desocupación llega al 7,9%, pero en el cual casi la mitad de los trabajadores están empleados en el sector informal.
De acuerdo con Giordani, entre 1999 y el 2011 el gobierno de Chávez ha invertido USD468.618 millones en gasto social, lo que ha permitido reducir la pobreza del 42% al 26,7% en ese lapso, mientras que la indigencia se redujo del 16,9% a 7%, de acuerdo con cifras oficiales, lo que ubica a Venezuela entre los países latinoamericanos con mayores avances en desarrollo social.
Giordani, un ingeniero eléctrico por la Universidad de Bolonia, Italia, y doctor en Planificación Económica por la Universidad de Sussex, Reino Unido, es el cerebro económico del régimen. Sostiene que las enormes reservas petroleras que tiene el país “son la verdadera moneda del venezolano” y afirma que los recursos provenientes de las exportaciones de crudo se han traducido en apoyo para los sectores más relegados. “Las cifras son irrebatibles”, dice.
Santos considera que los avances sociales que proclama el gobierno “son efímeros porque se basan en el consumo vía gasto público, pero este es un país que no produce absolutamente nada después del petróleo, que está completamente ahogado y amarrado. Pero que debido al boom petrolero, el gobierno tiene una capacidad gigantesca de importar comida y bienes de consumo baratos. Entonces hay un boom de consumo que no tiene nada que ver con toda la retorica socialista del presidente, ni nada por el estilo”.
El economista y asesor de Capriles señala que cuando algunas personas le dicen que Chávez –favorito para ganar los comicios del próximo 7 de octubre, según la mayoría de encuestas— “tiene una conexión espiritual con el pueblo venezolano, yo les digo: mire, aquí, cuando el consumo de la gente caiga vamos a ver esfumarse esa conexión espiritual. Aquí todo depende del petróleo”.
Capriles sostiene que en caso de triunfar en los comicios del próximo 7 de octubre no reducirá el gasto público, pero lo hará más eficiente y lo reorientará a la construcción de infraestructura, la salud, la educación y la seguridad pública. “No vamos a gastar más sino mejor”, afirma.
Dirigentes del PSUV sostienen, en cambio, que de acuerdo con un documento que se filtró am la prensa el candidato opositor reduciría el gasto público e iniciaría el desmantelamiento de los programas sociales que instrumenta el gobierno de Chávez, como parte de la “política económica neoliberal” que busca aplicar en detrimento de los sectores más empobrecidos.
Al margen de resultado de las elecciones, la gobernabilidad de este país petrolero está vinculada, en forma determinante, al gasto público, desde antes de Chávez y, con altas probabilidades, después de él.