Venezuela
Los industriales venezolanos esperan un año más crítico en el 2015
La caída de los precios internacionales del petróleo reducirá al mínimo la capacidad del gobierno venezolano de asignar divisas al sector privado y los industriales dispondrán de menos materias primas e insumos importados para producir.
En medio de un panorama de crisis económica y mayor restricción de divisas por la caída de los precios del petróleo, los industriales venezolanos anticipan un año de enormes dificultades en el 2015. Para el ciudadano común, esto se traducirá en más desabasto de productos de primera necesidad y más carestía, según el diagnóstico de la Confederación Nacional de Industriales (Conindustria) de Venezuela.
“Todos los indicadores apuntan a que vamos a tener un año más crítico que en el 2014”, afirma el presidente del organismo, Eduardo Garmendia.
En entrevista con Legiscomex.com, el líder de los industriales venezolanos sostiene que el sector manufacturero cerró el 2014 con una caída del 10% y “si no hay un cambio de las circunstancias y variables económicas que estamos analizando en este momento la situación pudiera tender a agravarse en el 2015”.
Garmendia explica que el comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) industrial estará supeditado a las posibilidades de abasto de insumos y materias primas, cuya escasez constituye el cuello de botella del sector.
“En el caso de las materias primas nacionales, vamos a depender del volumen de producción que alcancen las empresas estatales de acero, aluminio y productos petroquímicos, que tienen serios problemas de operación, y en el caso de las materias primas e insumos importados vamos a depender de la asignación de divisas del Gobierno”, asegura el dirigente gremial.
Sostiene que ante la caída de los precios internacionales del petróleo, producto que aporta el 96% de las divisas de Venezuela, “los industriales tenemos una gran preocupación de que las divisas que vamos a recibir en el 2015 sean menores a las del 2014, que de por sí cayeron con respecto al año previo”.
De acuerdo con estimaciones de Conindustria, la asignación de divisas del gobierno al sector industrial ascendió en el 2014 a unos USD7.000 millones, lo que representó una caída del 20% con respecto a las del 2013, cuando ya se habían reducido en unos USD2.000 millones.
El control de cambios que rige en Venezuela desde el 2003 obliga a los particulares y a las empresas a comprar los dólares en el mercado oficial, el cual se encuentra sin divisas suficientes para satisfacer las necesidades de importaciones del país.
Los desajustes fiscales, el excesivo gasto público, la ineficiencia de las empresas estatales y el acoso gubernamental al sector privado han provocado una escasez de dólares a pesar de los altos montos que han alcanzado las exportaciones petroleras en los últimos años. En el 2012, estas alcanzaron un monto record de USD93.569 millones, según cifras oficiales. Desde entonces, el precio del crudo (que promedió USD98,08 el barril el año anterior y USD103,00 en el 2012) se ha venido desplomando.
Durante la última semana de diciembre, la cesta de petróleo venezolano cruzó la barrera de los USD50,00 por barril y llegó a USD48,00, la mitad del promedio del 2013.
La firma financiera Barclays estima que por cada dólar que cae el precio del crudo Venezuela deja de percibir USD728 millones, lo que ha aumentado la presión sobre el flujo de caja en divisas. Según ese cálculo, si los precios permanecen durante el 2015 en los niveles actuales, el déficit en el flujo de caja en divisas superaría los USD40.000 millones y esto conformaría "una situación de alto estrés para Venezuela".
Garmendia sostiene que en una situación de menor disponibilidad de divisas, como la que se anticipa este año, el gobierno trasladaría ese déficit al sector privado.
“Esto quiere decir que muy posiblemente las asignaciones de dólares al sector privado, y en particular al sector industrial, serán menores que en el 2014, y eso tendrá un efecto en el volumen total de disponibilidad de materias primas. Por supuesto, el volumen de producción manufacturera bajará por esta situación”, afirma.
El presidente de Conindustria dice que además de la disminución en las asignaciones de divisas, los empresarios enfrentan el retraso en la liquidación de los dólares que ya compraron al organismo oficial encargado de estas transacciones. Por este concepto, la deuda del gobierno con el sector industrial asciende a unos USD10.300 millones, de los cuales el 60% corresponde a importaciones de insumos y materias primas que los industriales, a su vez, adeudan a sus proveedores del exterior.
“Esto es muy complicado para nosotros. “Muchos de nuestros proveedores de materias primas no nos venden hasta no pagar la deuda y, al resto, hay que pagarle por adelantado para que nos puedan abastecer porque no quieren exponerse a mantener deudas impagas por tiempo indefinido”, indica.
De acuerdo con Garmendia, si esta situación se mantiene va a seguir cayendo en cifras de dos dígitos el PIB manufacturero y los consumidores venezolanos verán agudizarse la ya de por sí generalizada escasez de alimentos y productos básicos.
“Para este año (2015) debemos esperar un aumento de la escasez y mayor inflación, porque entre menos productos en el mercado mayores será la presión alcista. Para revertir esta situación el sector industrial requiere acceso a materias primas, es lo único que nos permitirá producir”, agrega.
El dirigente empresarial señal que durante el 2014 se redujo al mínimo la capacidad de producción de la planta productiva y cada vez son más las industrias que deben cerrar por falta de suministros para operar.
“Los venezolanos padecemos una escasez que tiende a agravarse. La industria está produciendo al máximo de lo que nos permiten las circunstancias y es claro que lo que producimos no es suficiente. Nosotros vivimos las mismas dificultades que atraviesan los venezolanos día a día. Al igual que los consumidores, los industriales nos hemos visto impactados por la inflación porque los costos aumentan mes a mes”, sostiene.
A esta situación se agregan las fallas en el suministro de energía eléctrico y gas, el deterioro en la vialidad y en la infraestructura portuaria, la inseguridad y los nuevos instrumentos legales que generan mayor incertidumbre e impiden trabajar con confianza a los empresarios. Entre ellos se encuentra la Ley de Precios Justos que entró en vigor en el 2014 y que limita en un 30% las ganancias de cualquier negocio establecido.
Conindustria solicitó una prórroga al gobierno para aplicar el marcaje del precio de venta justo pues hay dudas sobre la manera en que debe aplicarse a productos que sirven de insumo para la fabricación de otros, como materias primas e insumos.
"Las empresas que tienen un sistema de marcaje automatizado también necesitan tiempo para implementar el Precio de Venta Justo y la cadena productiva tiene muchos niveles: el mayorista, el de distribución y el minorista. No sabemos cómo aplicar el precio justo en cada caso", señala.
De acuerdo con las proyecciones de Conindustria, que elaboró el economista Efraín Velázquez, el contexto en el que se desenvuelve actualmente la economía, caracterizado por una contracción en la cual la demanda de los agentes crece más que la oferta total. Esto obedece al descenso del PIB del sector industrial y a la reducción de las importaciones, asociada al menor flujo de divisas disponibles.
“Por otra parte, la posición externa del país se ha debilitado por el elevado porcentaje de oro del total de reservas internacionales, reduciendo su liquidez. Esto se agrava con el nuevo panorama petrolero, de manera que el precio de nuestra cesta incidirá decisivamente en los resultados macroeconómicos del próximo año: a menor precio, mayor caída de la actividad real, con mayor inflación y un tipo de cambio general promedio más elevado en el 2015”, indicó el informe del organismo cúpula de los industriales venezolanos.
Según las estimaciones de Velázquez, con un precio promedio del barril de petróleo a USD75 la economía venezolana registrará una contracción del 4,3% y una inflación de 89,1% en el 2015. El hecho es que al iniciar el año el barril de crudo está USD25 por debajo de esa cifra, lo complica mucho más el panorama.
Garmendia indica que una consulta realizada entre los asociados a Conindustria en noviembre pasado arrojó que la mayoría de ellos piensa que el 2015 será un año tan malo o peor que el 2014, cuando el PIB venezolano cayó un entre 2,0% y 3,0%.
“En la percepción empresarial hay una continuidad en la tendencia al deterioro”, sostiene.
El presidente de Conindustria afirma que si Venezuela no aprende a dejar los dólares del petróleo fuera del esquema de redistribución y cambia su punto de interés hacia la productividad y la competitividad, “nunca podremos avanzar en la disminución de las distorsiones que afectan nuestra economía y, al final de cuentas, a nuestra sociedad, que se empobrece cada día más”.