Opinión
Oportunidad de sinergia frente al principal socio comercial
El tema de propiedad intelectual se constituye en una posibilidad de negocio que los países andinos pueden explorar y contrarrestar.
El tratado de libre comercio (TLC) entre Estados Unidos y los países andinos -Colombia, Ecuador y Perú- no solo ha requerido que cada uno de estos países evalúe sus falencias y fortalezas frente a su principal socio comercial, sino que se ha planteado la necesidad de analizar los factores de complementariedad o competencia entre ellos, a fin de encontrar sinergias que deriven en mayores beneficios frente a este acuerdo comercial.
No obstante, ello requiere de un estudio minucioso de las condiciones propias de los sectores productivos de cada país, ya que, al ser economías con condiciones similares en términos de desarrollo y sectores líderes, el TLC puede provocar una “guerra comercial” entre los países andinos en busca de mayores ganancias individuales, más que un acercamiento que permita obtener beneficios conjuntos.
Las negociaciones realizadas hasta el momento han evidenciado puntos críticos al interior de industrias particulares, dado su alto grado de vulnerabilidad para los empresarios de estos países. Dentro de estas se destacan la industria agroindustrial, así como la textil y de confecciones, dado que una vez inicie el tratado, entrarán a competir con diferentes proveedores internacionales que han establecido condiciones de costo, calidad y precio, resultado de grandes economías de escala, difíciles de alcanzar en un corto plazo.
Así mismo, el sector de propiedad industrial, que incluye medicinas, derechos de autor, patentes, marcas y diseños, entre otros, ha tomado gran relevancia dentro de las discusiones en torno a este esquema de integración. Dentro de este, la protección respecto a los aspectos relacionados con conocimiento ancestral, biodiversidad y medicina natural, han sido un punto de discusión relevante.
Estos temas pueden ser el inicio para las relaciones entre Colombia y sus países homólogos como Ecuador, al compartir intereses frente a un mercado común.
Por ejemplo, en relación con la industria textil ecuatoriana, esta presenta problemas de abastecimiento y calidad de insumos, que no han podido ser superados por la producción nacional, lo que conlleva a demandar producto importado, según investigaciones de mercado adelantadas por Proexport.
Esta industria se encuentra integrada, entre otros elementos, por proveedores de diferentes materias tales como hilos, herrajes, cremalleras, botonería, tejidos, algodón, fibras sintéticas y artificiales, así como por procesos de fabricación, comercialización y distribución que, en conjunto, ofrecen una oportunidad para los empresarios colombianos, puesto que representan un mercado potencial frente al cual se puede hacer uso de las ventajas que ofrecen las prerrogativas establecidas al interior de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) en materia de barreras de entrada, que permitió para el 2004, exportaciones hacia Ecuador por el orden de USD(FOB) 82.978.353.
No obstante, en Colombia la industria textil y de confecciones a pesar de haber presentado un proceso de modernización en los últimos cinco años, que le ha permitido mejorar estándares de calidad y productividad necesarios para mantener niveles de competitividad favorables para la industria en mercados internacionales, aún existe cierto rezago al interior, que se puede ver afectado una vez empiece a regir el TLC. En el acuerdo, es donde el valor agregado y la entrega oportuna se tornan en elementos clave para la conquista y sostenimiento en este destino, por lo cual, el ampliar el mercado con un socio comercial como Ecuador, plantea ventajas que deben ser evaluadas.
De otra parte, dentro del sector de propiedad intelectual, frente al cual los países andinos han insistido reiteradamente para obtener una posición más flexible por parte de Estados Unidos, el tema de las medicinas ancestrales y la limitación del acceso a fármacos generales, se torna en un punto crítico dentro de las negociaciones, más aún cuando no se contemplan productos de uso tradicional como la “uña de gato”, la “maca” y otras hierbas medicinales andinas, como lo señala César Muñoz Acebes, en su publicación el “TLC afectaría a chamanes y sus productos”.
De ahí que tanto Ecuador como Colombia, al ser países con importantes recursos en materia de biodiversidad, se unan para evitar la biopiratería, que como lo evidencian diferentes casos como el de la empresa estadounidense Pure World Botanics, que patentó la maca, en un problema que debe ser abordado con cabeza fría.
Es decir, de manera paralela, el tema de propiedad intelectual sobre materia viva se constituye en una posibilidad de negocio que los países andinos no se animan a explorar y que podría contrarrestar las difíciles condiciones que ofrece el mercado de medicinas genéricas en estos países.
Además, la de posibilidad que la industria farmacológica norteamericana imponga condiciones monopólicas, y cuyo soporte es, en cierto porcentaje, el conocimiento que por varios años han guardado las comunidades indígenas.
Estos son tan solo dos temas que permiten un acercamiento entre Colombia y Ecuador frente al TLC con EE UU y los retos que este acuerdo plantea. Además, los beneficios que de ello se pueden derivar, dependerán de la manera como los empresarios andinos los aborden y de la forma en que logren integrar sus intereses en una propuesta sólida entre ellos y frente a su principal socio comercial.
*Este artículo fue elaborado por:
Pedro Sarmiento, socio Deloitte, e-mail: psarmiento@deloitte.com y Diana Henao, ejecutiva de Deloitte, e-mail:dhenao@deloitte.com