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Desarrollo económico

El ingreso de Chile a la OCDE, un proceso de enormes ventajas y amplios desafíos

Por: Rafael Croda
Correponsal Legiscomex.com

Entrevista a Karen Poniachik

Desarrollo económico

El ingreso de Chile a la OCDE, un proceso de enormes ventajas y amplios desafíos
Chile se convirtió en el primer país sudamericano en ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el llamado Club de los Países Ricos, lo que ratifica el propósito de salir del subdesarrollo tras dos décadas de políticas públicas exitosas, pero también implica responder al desafío de instrumentar las reformas requeridas para cumplir en el mediano plazo ese ambicioso objetivo.

 
Audio Entrevista Legiscomex.com
Por: Rafael Croda
Correponsal Legiscomex.com
Santiago de Chile
24 mar 2010
 
 

La delegada de Chile ante la OCDE, Karen Poniachik, habla en
exclusiva para Legiscomex.com:

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Karen Poniachik
 

Al encabezar la ceremonia en la que Chile suscribió el protocolo de adhesión a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el pasado 10 de enero, la entonces presidenta Michelle Bachelet proclamó que ese día su país dejaba atrás el subdesarrollo para encaminarse a convertirse en una nación desarrollada en unos años más.

De esa manera, Bachelet sintetizó el significado que tiene para Chile su ingreso a la OCDE, el llamado Club de los Países Ricos, que ahora cuenta con 31 países miembros y cuyos objetivos son ayudar a sus integrantes a promover la democracia, la economía de mercado, la prosperidad y el combate a la pobreza, a través del crecimiento económico, la estabilidad financiera, el comercio, la inversión, la tecnología, la innovación, el emprendimiento y la cooperación. La OCDE no impone políticas pero sí emite recomendaciones que contribuyan a la realización de esos propósitos.

Con su ingreso a la OCDE, Chile se convirtió en el primer país de Sudamérica en ser miembro de esta selecta agrupación con sede en París y en el segundo en Latinoamérica, después de México.

Ser integrante de la OCDE representa para Chile un reconocimiento al desarrollo económico, social y democrático alcanzado durante las últimas dos décadas, desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), pero también implica una serie de compromisos y desafíos que el país debe asumir instrumentando varias reformas sugeridas por la organización.

Chile inició conversaciones para su ingreso a la OCDE en mayo del 2007 y durante el proceso debió introducir cambios en su legislación para cumplir con los estándares del organismo. El más importante fue una nueva ley que puso fin al secreto bancario y permite a los fiscales investigar y sancionar a las empresas que son culpables de soborno, corrupción y evasión tributaria.

La delegada de Chile ante la OCDE, Karen Poniachik, quien por encargo de la ex presidenta Bachelet condujo las negociaciones de su país para ingresar al organismo, dijo a Legiscomex.com que las reformas que se han realizado son positivas porque todo esto va a permitir tener mejores estándares, mejores prácticas en diversos ámbitos de las políticas públicas y esto sin duda los pone en una mejor posición como país.

El año pasado, Chile reforzó las leyes que regulan la libre competencia, las que sancionan la corrupción y las que protegen al consumidor, en consonancia con los lineamientos del organismo internacional, y promulgó una ley que dotó de más autonomía a la estatal Codelco, la principal productora mundial de cobre y la mayor empresa del país, mediante el aumento del número de directores independientes.

 “De la misma forma, para poder ser miembros de la OCDE también tuvimos que mejorar y modernizar todo nuestro sistema de estadística, en materia de metodología, de tecnología y de recursos humanos, para tener las mejores prácticas en esta materia y así tener estadísticas comparables a las del resto de los países de la OCDE. Lo que nosotros hicimos para ser miembros de esta organización fue un importante avance en materia de modernización del Estado y de transparencia y eficiencia del aparato público”, explicó Poniachik. 

Los desafíos
Pero las reformas que Chile ha emprendido por recomendación de la OCDE apenas son el inicio de un largo proceso. En enero pasado, luego de que el país fuera admitido como integrante del exclusivo club -cuyos 31 países miembros generan el 75% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial-, el organismo divulgó un estudio sobre Chile en el que elogia el desempeño del país durante los últimos 20 años, lapso durante el cual creció a tasas promedio del 5% anual y avanzó de manera importante en la reducción de la pobreza, que llegó al 13,7%, el porcentaje más bajo de Latinoamérica. El estudio emite al mismo tiempo varias recomendaciones sobre nuevas reformas que Chile deberá emprender.

La OCDE sugiere fortalecer el seguro de desempleo, flexibilizar la legislación laboral para reducir la cesantía (8,6% en diciembre pasado, 1,1 puntos por arriba del cierre del 2008), mejorar la competitividad, ampliar la base imponible, reforzar las regulaciones económicas para favorecer la libre competencia y, de manera enfática, mejorar la calidad y equidad de la educación como un área crítica del desarrollo nacional.

“La calidad y la equidad de la educación primaria y secundaria demandan una mejoría. A pesar del impresionante progreso realizado en cuanto a matrícula, todavía queda mucho por hacer para que los escolares chilenos alcancen los resultados de los demás países de la OCDE”, indicó el estudio, el cual llamó también a instrumentar políticas sociales que contribuyan a mejorar la desigualdad en los ingresos, que es una de las más altas del mundo,  y a mejorar el ingreso per cápita, que asciende a USD10.084 al año y que a pesar de ser el más alto de Latinoamérica apenas represente el 44% de la media de la OCDE.

Al ingresar al organismo -del cual forman parte naciones como EE UU, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Noruega y Corea del Sur-, Chile está obligado a cambiar los referentes latinoamericanos por los de su nuevo y exclusivo club.

Poniachik, maestra en Relaciones Internacionales por la Universidad de Columbia en Nueva York y ex ministra de Minería y Energía, señaló que el ingreso de su país a la OCDE constituye el cumplimiento de un objetivo que se propuso la presidenta Bachelet para dar un paso más en el exitoso proceso de inserción internacional que ha impulsado Chile durante los últimos años.

“Para nosotros es tremendamente importante no solamente desde el punto de vista de la política exterior, sino que también de la política doméstica, ya que gracias a su membresía en la OCDE Chile va a tener que cumplir con exigencias más estrictas en lo que respecta a transparencia, a eficiencia y a modernización del Estado”, agregó la experimentada funcionaria.

La continuidad más allá de Bachelet
Bachelet, una militante del Partido Socialista (PS) chileno,  entregó el mandato el pasado 11 de marzo al empresario centroderechista Sebastián Piñera, cuya propuesta de gobierno parece estar en concordancia con la afiliación de su país a un organismo de la envergadura de la OCDE.

El ministro de Economía de Piñera,  Juan Andrés Fontaine, ha señalado que centrará sus esfuerzos en el emprendimiento, la innovación, la eficiencia y en todas aquellas iniciativas que aumenten la productividad, lo cual va en la línea de las reformas sugeridas por el organismo.

El Congreso bicameral chileno, donde existe un virtual empate entre la coalición de Piñera y la centroizquierdista Concertación, jugará un papel estelar en este proceso pues no solo deberá ratificar el ingreso de Chile a la OCDE, lo cual se da por descontado, sino que deberá aprobar las reformas más trascendentes recomendadas por el organismo con sede en París.

Poniachik hizo notar que todas las fuerzas políticas del país apoyaron el ingreso a la OCDE y ahora corresponderá al gobierno de Piñera trabajar con el Congreso para hacer realidad las reformas.

La delegada chilena ante el organismo señalo que este es un club en el que, para pertenecer a él, un país tiene que cumplir con exigencias y requisitos, tiene que tener mejores políticas públicas, tiene que tener mejores instituciones, tiene que tener mejores estadísticas, y esto implica, sin duda, que Chile ha hecho el trabajo requerido.  

El secretario general de la OCDE, el mexicano José Ángel Gurría, consideró que es el momento de identificar y promover nuevas fuentes de crecimiento, de buscar nuevos conceptos de innovación, de elaborar una nueva agenda de empleo, de definir medidas para reducir las desigualdades y promover nuevas estrategias de crecimiento verde. La OCDE (creada en 1961) tiene ahora el honor de embarcarse en estos nuevos esfuerzos, con Chile como nuevo socio y miembro.

Muchos de los beneficios de ingresar a la OCDE son intangibles para los países, pero con ese acto Chile dejó patente ante el mundo que existe una decisión nacional para transitar hacia estándares económicos, políticos y sociales de país desarrollado. Chile comenzó a negociar su adhesión junto con Eslovenia, Estonia, Israel y Rusia y fue el primero en completar el proceso, lo que, de acuerdo con Gurría, habla de la decisión chilena por profundizar su modelo económico, perfeccionar su democracia y acelerar el desarrollo social.

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