Tiene experiencia en libre comercio
¿Cómo es el empresario chileno en los negocios?
Los hombres de negocios de ese país se caracterizan por ser exigentes, abiertos, formales, legalistas y por su experiencia en el manejo de cadenas de frío y en procesos logísticos.
Agresividad, persistencia y seguridad son las claves al momento de negociar con un empresario de un país chileno.
“Hay que ser agresivo, no aceptar un no por respuesta y demostrar un espíritu emprendedor. El empresario de este país va directo al grano, quiere resultados lo antes posible y está abocado a los resultados", asegura el director de estudios económicos de la Asociación de Exportadores de Chile (Asexma), Rodrigo Díaz.
Al mismo tiempo, están habituados a negociar como lo evidencian sus 15 tratados de comercio con cerca de 50 países como Canadá, EE UU, México, Centroamérica y la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), entre otros.
“En general, el empresario chileno es muy exigente, por lo que el colombiano o el andino deberá proporcionar información completa sobre sus productos, muestras, listados de precios, volúmenes, condiciones de despacho, así como antecedentes financieros y referencias de su empresa”, asegura la gerente de negocios internacionales de la Cámara de Comercio de Santiago, Carmen Fuentealba.
Además, el empresario chileno tiene una visión aperturista, actúa con una mentalidad global y geopolítica y, en este sentido, es partidario de hacer alianzas empresariales, emplear a su país como plataforma para acceder a terceros países o conformar un bloque sudamericano.
“Pienso que deberíamos conformar el team sudamericano para competir con los otros bloques, podríamos ser grandes abastecedores de alimentos y de materia prima hacia los países de Oriente”, expresa el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile, Pedro Corona.
Para el funcionario es necesario apuntar en esta vía, pues el mundo se está agrupando en bloques. Entre ellos está el Nafta, Europa y en último grupo están la China, India y Asia.
Así mismo, todas estas estrategias promueven el trabajo mediante asociaciones, que permite el beneficio mutuo entre Chile, los países andinos y el resto de las naciones latinoamericanas.
¿Cuáles son las herramientas de las que se dispone para conocer mejor al empresario chileno? Sin duda, es necesario empezar por comprender su institucionalidad, el marco regulatorio, profundizar los contactos, realizar viajes y misiones de negocio.
A su vez, resulta vital buscar asesoría de instituciones como las cámaras de comercio, embajadas, asociaciones de empresarios u organismos de apoyo a las exportaciones.
Por su parte, para fortalecer el comercio actual entre Chile y los países andinos se requiere un mayor trabajo en conjunto en temas de comercio, aumento de la inversión y una mayor confianza.
Al mismo tiempo, es necesario generar un estándar mayor en materia de posiciones comerciales, mejorar el tema de las compras públicas, los reglamentos y permisos sanitarios para frutas y productos alimenticios.
Para el director de asuntos bilaterales de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), Andrés Rebolledo, vale la pena hacer negocios con las pequeñas y medianas empresas, pues estas representan una parte importante del tejido social chileno y generan el 80% del empleo.
La profundización de los acuerdos de complementación económica mediante la negociación de nuevos productos y servicios, que contemplen preferencias arancelarias, el avance en doble tributación y la solución de controversias son otros de los pasos que deben darse.
De esta forma, para hacer negocios con un empresario chileno es necesario saber qué piensa, cómo actúa y cómo toma sus decisiones. A su vez, se requiere tener una mentalidad abierta, global y entender que es mejor que los países se vean más como socios y aliados que como competencia.
“Chile es uno de los países más estables de la región, tanto desde el punto de vista económico como político, con tasas de crecimiento entre el 5% y el 6% y una inflación controlada en torno al 3,5% anual. Todo esto motiva a hacer negocios en Chile y compensa con creces lo pequeño de su economía”, destaca la gerente de negocios internacionales de la Cámara de Comercio de Santiago, Carmen Fuentealba. |