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El sobrecosto bordea el 15%

Empaque orgánico, oportunidad de negocio con conciencia ambiental

Alemania, Inglaterra y Francia son los principales mercados para estos productos. Los consumidores son personas jóvenes con sensibilidad ecológica y quienes están dispuestos a pagar un precio más alto.

Por: Legiscomex.com

3 min.

Los empaques orgánicos constituyen un valor agregado en la comercialización de productos para los mercados internacionales, satisfacen a los consumidores y se convierten en un excelente complemento para las empresas que promueven, dentro de sus procesos, la preservación del ambiente. Es un segmento en el que queda mucho por explorar y la competencia no es tan fuerte.

Estos empaques son elaborados con materiales reciclables, biodegradables y que evitan la contaminación del ambiente. “Lo que importa es la inocuidad de los alimentos y que se conserven las características organolépticas del producto como olor y sabor”, asegura la subgerente de la certificadora BCS Öko Garantie Colombia, Sandra Restrepo.

La demanda tanto de productos orgánicos como de sus empaques está dirigida a personas jóvenes, solteras, con un nivel de educación alto, que tienen respeto por el ambiente y quienes están dispuestos a pagar un precio más alto. Esto último resulta fundamental puesto que el sobrecosto está cercano al 15%.

“Son personas mayores de 18 años que tienen conciencia y conocimiento sobre lo orgánico, buenos hábitos alimenticios y cada día valoran más las propiedades de los productos y artículos naturales”, asegura el presidente de la empresa colombiana de productos orgánicos Bio Vital, José Joaquín Martínez.

Alemania, Francia, Inglaterra y EE UU son algunos de los países con tendencia al consumo de productos orgánicos y recomiendan el empleo de materiales reciclables dentro de sus procesos de elaboración y comercialización.

“En Alemania hay empresas que reciclan plástico polietileno, lo limpian y lo calientan. También, recolectan papel reciclable, cartón, bolsas biodegradables y algodón”, expresa el gerente general de la comercializadora Aleco Consult International S.L (Aleco), Anro Liebman.

Por su parte, el especialista en agroecología y desarrollo del Grupo de América Latina y El Caribe (Galci) de la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (Ifoam), Carlos Escobar, resalta que los mercados orgánicos en el mundo crecen entre un 10% y un 30% anualmente.

Materiales recomendados

Plásticos de fibras vegetales, maíz o papa son algunos de los materiales considerados aptos para los empaques orgánicos. También están el vidrio, los empaques metálicos con recubrimientos y el PET, (teraftalato de polietileno) un plástico liviano y altamente reciclable.

“Francia, Bélgica y Holanda no aceptan el icopor. En estos países se prefieren los polipropilenos bioorientados (plásticos trasparentes, metalizados) y los polietilenos (plásticos de alta densidad, rígidos y opacos)”, comenta el vocero de la empresa colombiana Daabon Organic, Gustavo Rojas.

El grupo Daabon está conformado por varias compañías especializadas en diferentes actividades: C.I. Tequendama, C.I. La Samaria, Torlica S.A. y Eco Bio Colombia Ltda. Genera alrededor de 800 empleos directos y más de 1.500 indirectos, tiene oficinas en Alemania, Japón, EE UU, Australia y República Dominicana, entre otros.

Daabon emplea los polietilenos y polipropilenos para frutas deshidratadas como el banano, puesto que evita que se transfieran olores, sabores y permiten una transpiración adecuada del producto. Esta fruta se exporta principalmente a Japón, Australia y EE UU.

Rojas enfatiza que Australia no permite el ingreso de estibas de madera, para evitar la transferencia de plagas. En este caso, se sugiere emplear estibas plásticas.

La Asociación de Suelos, cuya casa matriz está en Inglaterra, tiene productos como las cajas reutilizables, los sacos de raíz y las bolsas de verdura de polietileno biodegradables, entre otros.

Los sacos de maíz son bolsos de papel duradero, que llevan hasta 12,5 kilogramos, mientras que los de verdura de polietileno biodegradables son elaborados con el máximo de contenido reciclado y tienen un peso de 10 kilogramos.

En conclusión, dentro de las claves para lograr que los empaques orgánicos se constituyan en una fortaleza de los empresarios en los mercados internacionales están: información sobre las tendencias y búsqueda de apoyo en centros especializados o universidades.

Además, es fundamental tener una actitud de reciclaje y trabajar con el manejo de desechos, puesto que, hoy en día, el 70% de la basura es orgánica.



Normativa europea en empaques

El referente normativo más cercano que se encuentra sobre empaques orgánicos es la Directiva 94/62 del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea (UE), que fija una serie de especificaciones para los envases y los residuos de envases que lleguen a ese mercado.

Allí, se define a los envases como todo producto fabricado con cualquier material que se utilice para contener, proteger, manipular, distribuir y presentar mercancías. Al mismo tiempo, incluye dentro de este concepto a los artículos desechables utilizados con este mismo fin.

El reciclado orgánico es otro de los términos que contiene la norma. Se refiere a los envases elaborados con residuos orgánicos mediante un proceso biológico aeróbico, a través del cual los microorganismos actúan sobre la materia rápidamente biodegradable.

De acuerdo con la Directiva 94/62, los envases deberán diseñarse, fabricarse y comercializarse de tal forma que se puedan reutilizar o valorizar, incluido el reciclado, y que sus repercusiones en el ambiente se reduzcan al mínimo.

Los siguientes son los diferentes tipos de empaques aprovechables que reconoce la normativa:

  • Envases que pueden reciclar un determinado porcentaje en peso de los materiales utilizados en la fabricación de productos.

  • Residuos de envases tratados para la recuperación de energía, los cuales deben tener un valor calorífico inferior mínimo para la optimización de la misma.

  • Residuos de envases biodegradables tratados para el compostaje, con el fin de no dificultar la recogida por separado.

  • Envases biodegradables diseñados para descomposición física, química, térmica o biológica en dióxido de carbono, biomasa y agua.