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Análisis

El acuerdo comercial de Colombia con la UE: un paso adelante en la política aperturista nacional

“Resulta admirable la labor realizada por el equipo negociador de Colombia, ya que se han logrado obtener grandes concesiones que la UE no había pactado anteriormente en acuerdos similares con otros países”.

Por: Pedro Sarmiento*

El pasado 19 de mayo fue rubricado el acuerdo comercial entre Perú, Colombia y la Unión Europea (UE) en el marco de la Sexta Cumbre entre la UE - América Latina y El Caribe celebrada en Madrid (España). Aún cuando en los medios de comunicación se informa sobre la polémica existente con ocasión del retiro por parte de Ecuador y Bolivia y de las dudas de los productores nacionales de lácteos sobre el futuro del sector, se ha profundizado poco sobre la negociación de este acuerdo comercial.

Hasta hace relativamente poco tiempo, la política comercial colombiana se concentraba en sus principales socios comerciales (EE UU, Venezuela y Ecuador) y no se preocupaba mucho por abrir mercados en otras regiones.

Sin embargo, con el congelamiento de las relaciones comerciales con Venezuela, el país entendió que el hecho de depender de un país en materia comercial, puede generar graves consecuencias en la medida en que un eventual cierre del mercado se traduce en una baja significativa en las exportaciones; esta situación a su vez, conlleva a una menor entrada de divisas, el cierre de empresas exportadoras y grandes pérdidas de empleos que afectarán la economía del país en su conjunto.

Por lo anterior, la actual política comercial de Colombia busca abrirse al mundo con el fin de aumentar el comercio con los demás países y adquirir competitividad a nivel mundial; en este sentido, para nuestro país es importante llevar a cabo negociaciones que les permitan a los productores nacionales contar con mejores beneficios (aranceles, cuotas, etc.) frente a sus competidores y con un mercado mayor que consienta la introducción de los bienes nacionales a más mercados, de forma competitiva.

En este sentido, Colombia deseaba llevar a cabo una negociación con la UE en bloque que agrupara a todos los países miembros de la Comunidad Andina (CAN) que a la postre no pudo hacerse realidad. Lo anterior debido en gran parte a que países como Bolivia y Ecuador tenían objetivos diferentes que no se enmarcan dentro de las políticas aperturistas que comparten Colombia y Perú.

Aún cuando Colombia se ha distinguido por fomentar la consolidación de la CAN, nuestro país no ha encontrado el apoyo esperado en la mayoría de los países vecinos, ya que algunos de ellos son dirigidos por gobiernos que tienen en mente políticas comerciales completamente divergentes a la nuestra y no tienen una gran apuesta por la unidad regional.

Adicionalmente, el panorama actual de las relaciones comerciales con los europeos se encuentra de la siguiente manera. En primer lugar, la UE es la segunda fuente de nuestras importaciones, con USD4.488,1 millones o el 13,6% del valor importado total en el 2009. Al tiempo, este bloque comercial es el segundo destino de las exportaciones de Colombia, con USD4.698,7 millones o el 14,3% del valor exportado total 1

Frente a este escenario, el Gobierno colombiano ha cerrado de manera individual la negociación de un tratado con la UE 2 en el cual existen ganadores y perdedores. En cuanto a los términos de la negociación, es ingenuo esperar que una negociación comercial sea únicamente beneficiosa para Colombia, más aún cuando su poder negociador frente a la UE no es fuerte.

Resultados de la negociación

Para resaltar, resulta admirable la labor realizada por el equipo negociador de Colombia, en cabeza de Santiago Pardo, jefe negociador del Ministerio de Comercio, ya que se han logrado obtener grandes concesiones que la UE no había pactado anteriormente en acuerdos similares con otros países.

Tal es el caso del Plan Vallejo y las Zonas Francas, beneficios a las exportaciones que la Unión europea nos ha permitido conservar y que cobran una gran importancia si tenemos en cuenta que según cifras del Ministerio de Comercio, el 70% de las exportaciones industriales hacia países de la UE cuentan con alguno de estos beneficios.

Otro tema muy importante para nuestro país es el resultado de la negociación del banano que deja a Colombia en una situación mucho más favorable frente a la de sus directos competidores. En este caso, aún si se tiene en cuenta que la desgravación del arancel para los demás países se va a hacer a la par de la de Colombia, nuestro periodo de desgravación irá hasta el 2020 frente al de los países beneficiarios de Acuerdo de Ginebra sobre el Comercio de Bananos que irá hasta el 2016, en este sentido, para nosotros bajará el arancel hasta un nivel de €75 por tonelada frente a €114 por tonelada que tienen los países signatarios del Acuerdo de Ginebra sobre el Comercio de Bananos.

Otro aspecto muy benéfico, tiene que ver con la acumulación de origen que nos permitirá acumular con países de la Unión Europea (UE), de la CAN, Venezuela y con naciones que hacen parte de la Organización de Estados Centroamericanos (Odeca). De igual forma con países con los cuales los signatarios hayan suscrito acuerdos comerciales, en caso de que estos lo acuerden con Colombia (tal es el caso de México y Chile).

Finalmente, se encuentra el logro de mayor estabilidad y mayor acceso de productos frente a lo que se tenía con el SGP Plus 3, pues ya no dependeremos de la voluntad de los europeos frente a la extensión de los beneficios otorgados allí solo para algunos productos (actualmente dichas preferencias están hasta el 2015), sino que el acuerdo brindará seguridad y confianza a los empresarios colombianos en la medida en que la negociación tendrá carácter permanente.

Ahora bien, así como nuestro país intentó obtener los mayores beneficios posibles, la UE tenía claro lo que buscaba de la negociación con Colombia. En primer lugar, acceso para el sector lácteo y en este sentido pactó una negociación que le permitiera ingresar todos los productos de ese sector con los mayores beneficios posibles.

El equipo negociador colombiano estaba consciente de esta situación, por tal razón logró negociar que la desgravación fuese parcial con contingentes que se van aumentando a lo largo del tiempo, con un desmonte total luego de casi 20 años. En este sentido, se dan casi 20 años al sector lácteo para que incremente su competitividad; dicho plazo fue considerado razonable por el Gobierno Nacional para que los empresarios del sector busquen alternativas (alianzas empresariales, modernización de procesos) para crecer como empresa y prepararse frente a la llegada de productos europeos.

Otro punto de gran interés para la Unión Europea (UE), consistía en obtener una mayor protección de las denominaciones de origen; en este sentido habrá consecuencias para varios sectores (entre los que se encuentra el sector lácteo) debido a que los productores nacionales ya no podrán hacer uso de las denominaciones de origen europeas (ej. Queso Parmesano a menos que sea fabricado en Parma (Italia), Champagne (Francia), etc.

Frente a lo anterior, la protección en denominación de origen no aplica solamente para los productos europeos, sino para los colombianos, en este caso, el café colombiano tendrá este tipo de protección en el mercado europeo.

Cabe destacar como otros resultados de la negociación la desgravación asimétrica de los productos industriales, el hecho de que Colombia pueda mantener el Sistema Andino de Franjas de Precios (SAFP), la eliminación de los subsidios agrícolas al comercio bilateral 4, etc.

Si se tiene en cuenta lo arriba mencionado, consideramos que en términos generales, el acuerdo comercial con la UE es beneficioso para nuestro país, sin embargo, es necesario tener en cuenta que todas las negociaciones comerciales presentan beneficios y desventajas, puesto que los países buscan proteger sus intereses y quedarse con los mayores beneficios.

Como mencionamos anteriormente, aun cuando el poder negociador de nuestro país es mínimo frente a la UE, el equipo negociador colombiano realizó una tarea admirable si tenemos en cuenta negociaciones anteriores como la del Tratado de Libre Comercio con EE UU en donde Colombia tuvo menos posibilidad de maniobrabilidad.

En conclusión, el acuerdo plantea beneficios y retos que los empresarios colombianos deberán sortear y en este sentido es necesario que en vez de pedir al Gobierno Nacional una renegociación del acuerdo que es prácticamente irreal, se busque por medio de agremiaciones obtener ayudas para el fortalecimiento del sector y el desarrollo de alianzas con empresarios europeos que les permitan a las compañías nacionales fortalecerse y ser más competitivos no solo a nivel local, sino regional.


*Socio Director Tax & Legal Deloitte Asesores y Consultores Ltda.


1 Fuente: Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.

2 Actualmente la Unión Europea se encuentra integrada por 27 países.


4 A partir de la entrada en vigencia del Acuerdo, ninguna de las partes podrá mantener, introducir o reintroducir subvenciones a la exportación, u otras medidas de efecto equivalente, sobre determinadas mercancías agrícolas sujetas a tratamiento preferencial. Al respecto, se sabe que, a mediados de la década pasada (2005), las ayudas totales europeas al sector agrícola eran 4 veces superiores a las de EE UU.